¿Qué está pasando en Bolivia?

Horas de confusión y temores de golpe de Estado se vivieron en Bolivia el pasado miércoles. Y todo esto con un buen fundamento: comandadas por el ex general Juan José Zúñiga, tropas y blindados tomaron por asalto el palacio gubernamental del vecino país.

Actualidad02/07/2024
NOTA GOLPE EN BOLIVIA

Por Amado Brancatti

 

Confusión. Tanques. Golpe de Estado. Sin embargo, todo terminó en seguida, producto de una escasa participación militar y lo que parece haber sido algo muy mal ejecutado desde lo logístico. Según declaraciones de la ministra de la presidencia, María Nela Prada, el golpe fracasó “porque las unidades de Viacha tardaron en llegar, también el personal de la Armada y de la Fuerza Aérea”. Según Nela Prada, esto pudo saberse por boca del mismo Zúñiga.

Sin embargo, algunas cosas llamaron la atención, además de lo aparentemente improvisado del intento golpista. Zúñiga, mientras era detenido, y frente a las cámaras de televisión, dio declaraciones sorprendentes y dijo que la intentona se dio con anuencia del propio presidente Luis Arce, quien le habría encargado la acción para levantar su popularidad.

“El presidente me dijo ‘la situación está muy jodida, esta semana va a ser crítica. Entonces, es necesario preparar algo para levantar mi popularidad’”, declaró ante los periodistas mientras parecía tener más autoridad que los militares que lo detenían, quienes no terminaban de sacarlo del lugar ni se esforzaban demasiado por hacerlo. 

Cuando finalmente lo lograban meter en una camioneta para llevarlo, y ante la consulta insistente de los periodistas de si entonces había sido un autogolpe, el general respondió “¡sí, sí!”.

No fue el único en esta línea. Juan Ramón Quintana, exministro de Evo Morales, ya lo había declarado con anterioridad. Por eso fue vuelto a consultar y declaró que “es el escenario de un golpe aparente, yo diría más una puesta en escena que un golpe”.

Quintana agregó que el presidente Arce “necesita restablecer su credibilidad política para el año y pico que le queda en el gobierno. Pero este es un punto de quiebre. El segundo objetivo lo iba a cumplir Zúñiga, si se salía con la suya, que era detener a Evo”.

Todo se enrarece aún más cuando se sabe que Zúñiga era sindicado como cercano al presidente Arce e incluso un aliado en el enfrentamiento que el primer mandatario tiene con el expresidente Morales.

Días pasados Zúñiga había declarado contra Evo Morales y la posibilidad de que volviera al poder: “No puede ser más presidente de este país. Llegado el caso, no permitiré que pisotee la Constitución, que desobedezca el mandato del pueblo”.

Desde hace unos meses, el deterioro de la economía en Bolivia ha sido notorio y han comenzado de manera creciente cortes de ruta y manifestaciones. En un clima ya de por sí delicado, las declaraciones sobre un autogolpe del propio protagonista de la toma del palacio de gobierno no hacen más que enrarecer el clima.

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