Expertos de la UNTREF proveerán agua y luz a zonas remotas del país

Investigadores de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) instalarán aerogeneradores para producir alimentos en una zona infértil de El Chaltén y proveer electricidad a una escuela rural de Guaminí. Se prevé la instalación del primer prototipo entre el 19 y el 30 de septiembre. Estos aerogeneradores forman parte de las iniciativas del grupo de investigación AeroMat (Aerogeneradores y Materiales) que inició sus actividades con el Proyecto Aerogeneradores Sociales, surgido en 2018 para brindar energía renovable a determinadas zonas. Con el correr de los años, incorporó el desarrollo de materiales biodegradables, la impresión 3D y la transición energética.

El año pasado, el grupo de investigación AeroMat de la UNTREF se presentó con dos proyectos a la convocatoria PTIS (Proyectos Tecnológicos de Inclusión Social) del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación (MINCyT). Ambos fueron seleccionados entre un centenar que se presentaron en el país. En este momento se encuentran en pleno desarrollo, esperando completar el primer hito que es la instalación de una aerobomba, un aerogenerador que tiene adosado una bomba de desplazamiento positivo que permitirá entregar agua a una localidad de El Chaltén para la producción de alimentos. También se realizará un proyecto asociado con la generación de electricidad para la iluminación de una escuela rural en Guamini. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la UPSO (Universidad Provincial del Sudoeste) participan de las dos propuestas.

“En El Chaltén es una propuesta de cooperación entre una cooperativa llamada Semilla Consciente, el municipio y la Universidad. La municipalidad le cedió un terreno a la cooperativa y ellos nos llamaron para instalar el aerogenerador”, explicó el director del proyecto Lucio Ponzoni, docente e investigador de Ingeniería Ambiental de la UNTREF e investigador principal de la  CNEA. El dispositivo permitirá llevar agua desde un pozo subterráneo hasta tanques elevados de almacenamiento para lograr que un terreno sea apto para la producción de alimentos como vegetales, verduras y hortalizas. Actualmente la mayoría de los vegetales vienen de otras provincias, viajando grandes distancias, lo que encarece su costo y puede perjudicar su calidad. El clima y la falta de agua para la producción dificultan poder generarlos en la zona.

El aerogenerador fue desarrollado desde cero, haciendo modelado computacional y ensayos en túnel de viento (herramienta desarrollada por el mismo grupo de investigación para hacer ensayos). El prototipo de aerogenerador alcanzado tiene ciertas ventajas respectos de otros modelos que existen, ya que parte del mismo tiene piezas que mejoran la eficiencia, como los deflectores  fabricados con impresión 3D y materiales biodegradables que permitirán reducir su impacto ambiental. Además, está diseñado para soportar los fuertes vientos y temperaturas extremas de la zona.

Asimismo, Ponzoni remarcó que el segundo proyecto con el que se ganó la convocatoria es un aerogenerador que se instalará en Guaminí, más precisamente en una escuela rural del Paraje Saturno. En esa institución los estudiantes y docentes residen de lunes a viernes. 

El prestigio que logró el equipo dirigido por Ponzoni traspasó las fronteras nacionales y sus desarrollos e investigaciones alcanzaron status internacional. Esto lo confirma que fue el especialista de la Universidad el único argentino invitado al XVIII Congreso Internacional de Ingeniería, realizado en la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH). En el evento participaron expositores de Estados Unidos, España, Colombia, Perú y Honduras.