El impulso nuclear de China

Alfredo Atanasof, Ex embajador Argentino en Bulgaria y Ex Ministro de Trabajo durante la presidencia de Eduardo Duhalde, analiza el impulso nuclear de China a partir del desarrollo de buques con propulsión nuclear. ¿Qué puede significar esto para la supremacía de Estados Unidos?

Actualidad19/11/2024
NOTA UNICA

En un paso significativo hacia la consolidación de su poderío marítimo, China ha comenzado a desarrollar buques con propulsión nuclear, lo que podría alterar el equilibrio de poder en los océanos. Investigadores estadounidenses han detectado un prototipo de reactor nuclear terrestre que, según su análisis, serviría como base para construir un portaaviones de propulsión nuclear. Este avance representa una amenaza potencial para la supremacía naval que Estados Unidos ha mantenido durante décadas.

 

El ascenso de la flota china

La Armada china, la más grande del mundo en términos de número de buques, ha crecido rápidamente, modernizándose en la última década. La construcción de portaaviones nucleares llevaría a China a un selecto grupo de potencias navales de primera clase, actualmente limitado a Estados Unidos y Francia.

Con esta flota avanzada, Pekín podría lograr su ambición de proyectar poder a nivel global y desafiar la presencia militar de Washington en varias regiones estratégicas, especialmente en Asia-Pacífico.

 

Un proyecto de prestigio y nacionalismo

El desarrollo de estos buques de propulsión nuclear no solo refuerza las capacidades militares de China, sino que también tiene un fuerte valor simbólico en el plano nacional. Para Pekín, este proyecto representa prestigio y aviva el sentimiento de orgullo y nacionalismo. Este reactor, descubierto en una instalación llamada Base 909 y operado por el Instituto de Energía Nuclear de China, es similar en diseño a los reactores de propulsión naval occidentales, según los investigadores.

 

¿Una nueva rivalidad naval?

El Pentágono ha manifestado su preocupación sobre la modernización acelerada de la flota china. Aunque la Armada de Estados Unidos sigue contando con once portaaviones de propulsión nuclear, capaces de mantener una presencia constante alrededor del mundo, la expansión nuclear de la flota china podría marcar el inicio de una nueva etapa de competencia en alta mar.

 

Tensa rivalidad entre China y Estados Unidos

China y Estados Unidos han mantenido una tensa rivalidad en múltiples frentes, pero ahora el teatro de operaciones marítimas parece ser un nuevo campo de confrontación. Los portaaviones de propulsión nuclear de China podrían no estar listos para la confrontación directa en un futuro inmediato, pero sí refuerzan la capacidad de China para actuar como un jugador naval global.

 

El futuro del poder naval

Con más de 370 buques y submarinos en su inventario, la Armada china sigue ampliando su capacidad y alcance. La integración de tecnología nuclear en sus portaaviones podría redefinir el balance de poder en el mar, donde las ambiciones estratégicas de China se cruzan con los intereses de seguridad de Estados Unidos y sus aliados. A medida que ambas potencias incrementan sus capacidades navales, el mundo observa cómo se configura esta nueva fase de competencia entre gigantes.

 

RECUADRO

Trump y China: Guerra comercial, acuerdos y ¿Taiwán a la deriva?

Con la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, crece la especulación sobre el impacto que su regreso a la Casa Blanca tendrá en la geopolítica global, y Taiwán es uno de los países más atentos a este cambio. A pesar de las teorías sobre los cambios inmediatos en la política exterior estadounidense, expertos recomiendan precaución antes de sacar conclusiones apresuradas sobre lo que el segundo mandato de Trump podría implicar para la región.

El respaldo masivo recibido ha generado preocupación entre quienes temen que su enfoque de “América primero” y su escepticismo hacia instituciones como la OTAN pueda llevar a una política exterior más aislacionista y menos comprometida en conflictos internacionales.

Con respecto a Taiwán, la situación es delicada. La isla ha contado con un firme apoyo militar y diplomático de Washington para disuadir a China de cualquier intento de invasión. Sin embargo, el enfoque pragmático y más transaccional de Trump hacia las relaciones exteriores puede significar que, bajo su mandato, Estados Unidos tome una posición menos intervencionista. Pese a los temores de una retirada del respaldo a Taiwán, algunos expertos creen que la política de Trump en la región podría reducir las tensiones, ya que se basa en un enfoque menos ideológico y más enfocado en proteger intereses comerciales.

En cuanto a China, la administración Trump podría continuar presionando con aranceles, pero es probable que se mantenga abierta a una negociación. Los analistas consideran que, a pesar de los posibles roces comerciales, el objetivo de evitar conflictos militares sigue vigente. Este enfoque de contención diplomática podría significar que la posibilidad de un ataque chino a Taiwán se reduzca, al menos en el corto plazo.

Finalmente, se espera que los mecanismos de contrapeso del sistema democrático estadounidense, así como el papel moderador de aliados tradicionales, eviten que los posibles impulsos de Trump hacia un aislacionismo radical afecten gravemente la situación de Taiwán. Con todo, en Taiwán y en el resto de Asia Oriental se impondrá la prudencia y una vigilancia constante, a la espera de cómo este segundo mandato de Trump perfilará su política exterior en la región.

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