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El concejal libertario de Tigre habló con La Primera sobre el decreto presidencial que privatiza parte de Nucleoeléctrica Argentina y paraliza el proyecto CAREM 25. Además, otorgó definiciones políticas de LLA.
Política 07/10/2025—¿Cómo recibió la decisión del Gobierno de privatizar el 44% de Nucleoeléctrica Argentina y frenar el proyecto CAREM 25?
—Con mucha preocupación. El cierre del CAREM me hizo acordar al desarrollo del misil Cóndor en los 90. En ese momento, Argentina estaba a la vanguardia junto con Brasil, y de golpe se fue para atrás. En materia nuclear, más allá de los gobiernos de turno, siempre avanzamos. Nunca retrocedimos. Hoy, a mi juicio, se está cometiendo un error.
—Usted plantea que no es solo una decisión económica, sino también geopolítica. ¿Por qué?
—Porque, al igual que en la época de Menem con el Cóndor, esto marca un alineamiento con Estados Unidos. Y no veo mal el alineamiento: somos un país occidental, defendemos la democracia, la república y la libertad. Estar del mismo lado que la primera potencia mundial me parece bien. Pero eso no implica resignar capacidades propias. Si privatizás casi el 50% de las acciones, le das poder de decisión a quien las compre. Y ahí perdés soberanía.
—¿Qué riesgos concretos ve en esta privatización?
—Que estamos entregando una capacidad estratégica. La energía nuclear no es solo defensa, es desarrollo. Argentina exporta reactores, tiene capital humano y tecnología. ¿Por qué deberíamos limitarnos a producir materia prima para otros, cuando podemos producir todo? Asociarse está bien, pero desde una posición de fortaleza, no de dependencia.
—¿Cómo se relaciona esto con el desarrollo científico y tecnológico del país?
—Es central. Ninguna potencia mundial regala su desarrollo científico. El CONICET, por ejemplo, puede tener líneas de investigación discutibles, pero no podés barrer con todo. Hay que sostener lo que le sirve al país. Si exportamos centrales nucleares, ¿por qué no podemos seguir haciéndolo? El capital humano está, la tecnología también.
—En paralelo, La Libertad Avanza atraviesa una crisis interna tras el caso Espert. ¿Cómo lo evalúa?
—Se manejó mal. Cuando sos el primer candidato del oficialismo en la provincia más grande y surge un escándalo así, tenés que salir inmediatamente a dar explicaciones claras. No pasó. Hubo contradicciones, dudas, y eso golpea a la gente que viene bancando un proceso económico difícil.
—¿Cómo impactó esto en quienes acompañan al oficialismo en medio de la crisis económica?
—La gente apostó y viene bancando una situación económica que todavía está en proceso, pero ve que pasan estas cosas y se empiezan a generar dudas. De esta manera termina pasando lo que pasó el 7 de septiembre.
—¿Cuál es su evaluación del funcionamiento del Gobierno nacional en este contexto?
—A mi juicio, desde el caso Libra para acá, vienen pasando una serie de cosas y no se han tomado medidas. Hay gente que tendrían que haberla sacado y sigue estando. Si sumas esas internas que dicen que hay, no tienen reacción porque no hay una conducción única, no hay un lineamiento.
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