Milei festejó en el Congreso y consolidó poder y el PJ, paralizado

Con aplausos libertarios y silbidos opositores, Javier Milei se apodera del recinto como primera minoría, ratifica a Menem al frente de Diputados y deja en evidencia las fracturas del peronismo. Un verano de reformas urgentes y pausas estratégicas se avecina, mientras el Presidente juega sus cartas con audacia calculada.

Política 04/12/2025
NOTA POLITICA

El león en su arena

 

 

Javier Milei llegó al Congreso como quien entra a un set que ya conoce. Sin anunciarse, sin protocolo previo, sin esa pose de académico libertario que cultivó años, sino con la seguridad meticulosa de quien acaba de ganar un turno más en un juego que le fascina. Lo ovacionó su bloque entero, 95 diputados que hoy constituyen la primera minoría y que, si la arquitectura parlamentaria sigue fluyendo al ritmo actual, podrían incluso superar ese número antes de marzo. El oficialismo lo sabe, la oposición también. De ahí la mezcla de aplausos, silbidos y nerviosismo que se respiró en el recinto.

Milei no caminó solo. Detrás suyo venían Karina Milei, Manuel Adorni y Diego Santilli. Un núcleo compacto, disciplinado y convencido de que la política es un deporte donde gana quien suma, negocia y resiste el doble. Patricia Bullrich llegó minutos más tarde, sellando un cuadro simbólico donde los halcones toman asiento sin pedir permiso. La escena buscó transmitir orden y jerarquía, y lo logró.

El acomodo de bancas añadió un subtítulo silencioso. El PRO, que hasta hace poco compartía la zona derecha del recinto con los libertarios, fue desplazado al centro. Una mudanza discreta pero elocuente: el oficialismo ya no quiere socios simbióticos sino actores subordinados al nuevo clima de época. Lo que antes era cercanía ahora es distancia estratégica. No es ruptura, es jerarquización.

El clima de la sesión mezcló tensión política con pequeñas teatralidades. Aldo Leiva lanzó el clásico “la patria no se vende” y la escena derivó en un duelo coral entre libertarios y kirchneristas. “Libertad”, devolvieron unos. “La casta tiene miedo”, entonaron otros. Un Congreso que parece cancha cuando se siente desnudo, pero que también revela, entre gritos, el reacomodamiento profundo que atraviesa a la política argentina.

Las juras fueron un capítulo aparte. Teresa García y Vanesa Siley juraron por la libertad de Cristina Kirchner, detenida en su domicilio, y desataron una lluvia de abucheos libertarios. Milei, prolijo en su estrategia gestual, no reaccionó. Solo levantó los pulgares cuando juraban los suyos. En ese gesto se condensa una decisión política: evitar internas ajenas y, al mismo tiempo, fortalecer la épica de su propio espacio.

Hubo momentos que rozaron la comedia involuntaria, como cuando Marita Velázquez juró por Guillermo Moreno y terminó cruzándose con Lilia Lemoine, cuya presencia en primera fila se volvió casi un reality transmitido en vivo. La sesión preparatoria fue un desfile de gestualidades, pequeñas provocaciones y miradas calculadas, un microcosmos de un país que no logra decidir si está en una crisis institucional o en una temporada extendida de streaming político.

 

Martín Menem, poder sin sorpresas 

La elección de autoridades de la Cámara de Diputados mostró que, cuando el oficialismo quiere algo, lo consigue sin demasiada resistencia. Martín Menem fue reelecto por amplia mayoría. No hubo maniobras del último minuto ni operaciones de pasillo para frenarlo. Lo acompañaron la Libertad Avanza, Unidos, sectores del PRO, Innovación Federal, la UCR, Producción y Trabajo, MID, Independencia, Elijo Catamarca y varios monobloques dispuestos a alinearse al nuevo clima.

 

Cecilia Moreau ocupará la vicepresidencia primera y Luis Petri la segunda. La tercera quedó envuelta en una discusión que retrata la crisis de identidad opositora: Unidos por un lado, el interbloque PRO-UCR-ADELANTE-Por Santa Cruz por el otro, ambos con 22 integrantes, ambos reclamando el mismo espacio. Como si la silla definiera algo que la política real ya no les concede: centralidad.

En paralelo, el bloque Provincias Unidas hizo su debut con 18 miembros y la expectativa de sumar cuatro más con Pichetto, Massot, Ferraro y Frade. Una construcción federal que Milei observa con interés quirúrgico, porque podría ser la llave para avanzar con reformas que requieren músculo pero también muñeca.

Gabriel Bornoroni defendió la continuidad de Menem señalando que es el dirigente idóneo para llevar adelante las reformas que impulsa el Gobierno. El mensaje detrás de la formalidad es más claro: la conducción parlamentaria será parte de la estrategia presidencial, no solo un engranaje administrativo. Menem no será árbitro, será operador.

La oposición, en cambio, volvió a exponer sus fracturas. Germán Martínez cuestionó la gestión de Menem pero no tuvo fuerza para bloquear su reelección. Scaglia pidió diálogo y reclamó la vicepresidencia tercera como si ese título pudiera ordenar un espacio que llega al recinto dividido, sin norte y sin relato. El peronismo, por su parte, no logra decidir si debe confrontar, colaborar o reinventarse. La sesión mostró que hoy hace un poco de todo, pero nada del todo.

La fotografía final de esta etapa parlamentaria es clara: el oficialismo avanza, los dialoguistas negocian y el peronismo se dispersa entre consignas, nostalgia y falta de proyecto.

 

El verano legislativo

El Gobierno ya definió el ritmo del verano político. Diciembre será el mes de las urgencias: Presupuesto 2026, Ley de Inocencia Fiscal, primeros capítulos de la reforma laboral, modificaciones tributarias y cualquier otro proyecto que permita transmitir imagen de gobernabilidad y control. El objetivo es claro. Mostrar iniciativa, llenar titulares y evitar que el oficialismo parezca paralizado.

Pero la jugada maestra aparece en enero. Del 1 al 14, el Gobierno impondrá una pausa institucional sin llamarla así. No habrá sesiones, ni funcionarios en Balcarce 50, ni reuniones públicas de peso. Es un vacío planificado. El oficialismo necesita ese tiempo para recomponer alianzas, cerrar acuerdos con gobernadores, medir fidelidades y ordenar el tablero para cuando empiece la verdadera batalla: la segunda quincena de enero.

A partir del 15, el Congreso volverá con intensidad máxima. Será el momento en que Milei buscará imponer reformas estructurales que hasta ahora solo tienen formato de borrador. La apuesta es llegar con la primera minoría consolidada, el PRO debilitado por sus propias indefiniciones, la UCR dividida como un rompecabezas y el peronismo extraviado en su propio espejo.

El contraste entre oficialismo y oposición se hizo aún más evidente en esta sesión. Mientras Milei arma su ingeniería legislativa con una combinación de audacia, cálculo y despliegue simbólico, el peronismo no logra producir una figura que ordene su crisis ni delinear una estrategia coherente. Lo que alguna vez fue un movimiento multicapas hoy funciona como archipiélago político, con islas dispersas que no se hablan entre sí.

El oficialismo, que huele sangre en el agua, avanza con un pragmatismo que parecía imposible hace un año. Milei aparece donde nadie lo espera, se sienta en el palco principal, celebra la jura de los suyos y refuerza la idea de que el poder no se pide: se ocupa. En un país donde la política suele dejar vacíos, quien se atreve a llenarlos gana terreno con rapidez. Y hoy ese jugador es Milei.

La escena de cierre funciona como metáfora de este momento histórico: el Presidente celebrando desde el palco, Martín Menem ratificado sin oposición efectiva y un bloque libertario que actúa como si hubiese conquistado mucho más que una sesión preparatoria. Puede que no tengan mayoría absoluta, pero lograron algo igual de valioso: instalar la sensación de que sí pueden tenerla. En política, esa percepción suele ser la mitad del camino hacia el poder real.

 

La sesión dejó expuesto que Milei ya no actúa como outsider, sino como un jugador que entiende la dinámica del Congreso y la usa para expandirse.

 

El peronismo mostró su crisis más profunda: sin conducción, sin estrategia y sin un proyecto que dispute el sentido del momento político.

Te puede interesar
NOTA 13 COLUMNAS

Infraestructura productiva bajo estado de amenaza (que no había)

Política 04/12/2025

Con una unidad nueva, inteligencia propia y discurso de guerra, la número dos de Seguridad convierte el campo, la Hidrovía y la minería en “objetivos vitales” que justifican medidas extraordinarias. Es la vieja receta de la securitización: declarar emergencia donde antes había gestión.

NOTA 4

Milei aprieta con fondos: gobernadores negocian votos

Política 01/12/2025

Santilli recorre provincias para comprar votos con ATN y refinanciamientos. Pullaro y Sáenz piden plata fresca antes de Navidad, mientras el oficialismo acelera el dictamen. En el tablero, Milei deja el traje de outsider y pone el de animal político.

nota 2

Tensión en el oficialismo por la AFA

Política 01/12/2025

El fútbol y la política argentina tienen algo en común: un malentendido se arma en segundos y después nadie lo desarma sin que salga alguien herido. Esta semana, el detonador fue un pasillo de espaldas en el Gigante de Arroyito. Los jugadores de Estudiantes, frescos de una derrota, le dedicaron el gesto a Rosario Central por ese título que llegó por escritorio hace años.

NOTA 1

Libertarios van por la primera minoría: Buscan las comisiones clave

Política 01/12/2025

Con 94 bancas en la mano, La Libertad Avanza está a solo dos pasos de superar a Unión por la Patria. La Casa Rosada ordenó cazar catamarqueños y ofreció YMAD a Jalil a cambio. Mientras UxP cierra filas y blinda a Zamora, el oficialismo juega su última carta antes del miércoles para controlar comisiones y forzar las reformas clave.

Lo más visto