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El gobierno de Milei lanzó un plan de ajuste que significa un recorte presupuestario sin igual. Miles de personas se manifestaron en defensa de esa educación que, por su excelencia, es reconocida en el Mundo y hasta ha formado a cinco Premios Nobel. Números de la verdad.
Actualidad01/05/2024
Por Gabriel Michi
Cinco Premios Nobel, cifra récord para un país de Latinoamérica. Casi todos los presidentes democráticos que lo gobernaron. Grandes figuras y otras olvidables pero que marcaron época. Científicos, pensadores y artistas de excelencia. Y descubrimientos que cambiaron la historia de la nación y hasta de la Humanidad. Todo eso y mucho más representan las universidades públicas argentinas. Esas que hoy aparecen en el centro de la escena por el desfinanciamiento que significa el recorte presupuestario dispuesto por el gobierno de Javier Milei que, con una inflación que en sólo sus 4 meses de gobierno superó el 50% y más de un 250% en todo un año, pretendió en un primer momento mantener congelado sus fondos y luego, ante la enorme presión publica, sólo ofreció un porcentaje muy menor de lo que en realidad las casas de altos estudios necesitan para funcionar. Frente a eso, el martes 23 de abril una multitudinaria manifestación -de las más masivas de las que se tenga memoria- se replicó en toda la Argentina con miles de personas que salieron a las calles en defensa de la educación pública y que sólo en la Ciudad de Buenos Aires concentró a alrededor de 500.000 participantes.
El sitio Chequeado certificó que "el presupuesto actual para las universidades nacionales es de un poco más de $ 1,4 billones, lo que representa un incremento sin contar la inflación del 2,2% contra el presupuesto inicial de 2024, que es una prórroga del de 2023. El Gobierno nacional anunció pero aún no oficializó un aumento del 70% en los gastos de funcionamiento de las universidades. Sin embargo, este aumento -en caso de concretarse- tampoco implica un incremento del 70% en el presupuesto universitario, ya que lo anunciado solo aplica para un ítem del número total". Algo insuficiente por donde se lo mire. Algo que se transforma, lisa y llanamente, en el peor ajuste de la Historia concretado en tan poco tiempo.
Según datos de 2022, en la Argentina cursan estudios universitarios alrededor de 2,7 millones de personas, de las que 2,1 millones lo hacen en instituciones públicas. Es decir, el 80%. En toda la nación funcionan 65 centros universitarios de gestión estatal. La cantidad de estudiantes universitarios creció de manera constante en los últimos años: aumentaron casi un 50% desde 2010. Según los datos arrojados por ese estudio de 2022, la Universidad de Buenos Aires (UBA) es la más concurrida con un total de 385.000 alumnos, seguida por la Universidad Nacional de Córdoba, con 180.000, y la Universidad Nacional de La Plata, con 130.000.
Entre los ataques que suele recibir la educación superior estatal está la posibilidad que le brinda a estudiantes extranjeros de poder estudiar en forma gratuita (concepto que sería discutible no sólo porque la propia Constitución Nacional habla de cómo el país debe abrir sus brazos a los inmigrantes, sino también porque todos ellos aportan al fisco con el pago de sus impuestos y consumos), lo que según los detractores de ese derecho se traduce en un concurrencia masiva de alumnos de otras latitudes. Sin embargo, los datos muestran otra realidad: en toda Argentina hay 122.769 estudiantes universitarios extranjeros, de los cuales 91.484 asistían a centros de gestión estatal y 30.785 en las privadas, es decir un 4,25% del total en las primeras y un 5,58% en las segundas. Porcentaje que se adecuan a la proporción de población extranjera que vive en el país.
Las universidades públicas argentinas son una referencia a nivel mundial. La UBA está primera en el ranking de mejores universidades de Iberoamérica. Y a nivel mundial, ocupa el puesto 39 en reputación académica y el 37 en reputación empresarial. Aún con presupuestos que están muy por debajo de otras naciones.
Pero otra forma de demostrar la importancia, la trascendencia y la excelencia de la educación pública superior es que por las aulas de las universidades estatales han pasado, por ejemplo, los cinco Premios Nobel que le dieron a la Argentina un sitial privilegiado siendo el país de Latinoamérica que más distinción consiguió
Pero, no sólo Premio Nobel pasaron por las aulas de las universidades públicas argentinas. También lo hicieron casi todos los presidentes constitucionales que gobernaron el país.
Pese al peso de las universidades públicas en la ciencia y en la historia argentina, hoy enfrentan el desafío de cómo continuar frente al peor ajuste presupuestario que haya atravesado en tan poco tiempo. Un verdadero golpe contra instituciones que forman parte del ADN de la nación. De su identidad. De su acervo cultural. Por eso, hoy las universidades públicas argentinas se enfrentan a su más complejo examen. Un examen en el que el saber y la excelencia no ocupan ningún lugar.

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