"La Protagonista" la escritura como forma de renacer

Literatura

Actualidad27/10/2023
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La escritora y comunicadora social Analía Cobas presenta su primer libro este viernes en el espacio Casa Patricia Grande. Para conocer más detalles, LA PRIMERA entrevistó a la autora.

 Por Belén Mogno. 

La palabra y la escritura ayudan a sanar. Se convierten en una terapia que contribuye a elaborar y exteriorizar aquello que nos ha roto por dentro y que pareciera que nos va a consumir y sirviéndose de las bondades de la escritura es que la autora Analía Cobas presenta su libro, "La Protagonista".

En cada una de sus páginas, temas como el desamor, la maternidad, los vínculos e incluso las violencias, se hacen presentes para interpelar al público lector y para invitar a la reflexión y transmitir que hay otro camino, que es posible salir de la oscuridad y ser "protagonistas de la historia propia".

En este contexto, LA PRIMERA pudo dialogar con la escritora acerca de su obra la cual presentará este 27 de octubre en el espacio Casa Patria Grande en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en una jornada acompañada de otras actividades literarias y musicales.

 

El nacimiento de una obra 

¿Cómo surgió la idea de crear "La Protagonista y que representa para vos el haber concretado este libro?

A.C: La protagonista nace de un momento de mucha incertidumbre en mi vida, de mucho dolor como un refugio como una manera de poner en palabras lo que no me animaba a decir en voz alta. Los textos llegaban a mí en cualquier situación, entonces corría a anotar en el ticket de un súper, en el celu, me llegaba una simple imagen y yo ya sabía exactamente todo lo que quería decir con esa escena, a veces me impactaba algo que veía en la calle, y me proponía cambiarlo, modificar esa realidad, torcer la suerte de los personajes y eso es posible gracias a los recursos literarios. A través del libro podrán ver algunos pedazos de mí, mi fragmentación fue necesaria para convertirme en la mujer que soy hoy, no fue un proceso amable, de esa tendencia que dice #soltar como si fuera algo cool es mucho más duro, más profundo e incómodo, pero vale la pena. Es un camino que necesite compartir con el mundo porque aún tengo esperanzas en que podemos lograr como sociedad. A través de estas páginas, planteo mundos reales o ficcionales para intentar generar un espacio de debate, de transformación.

El poder abrazar mi libro hoy, con esta tapa que amo, y con cada relato que está escrito y especialmente pensado, es motivo de celebración. El haber podido editar con Editorial Sudestada es una victoria para mí. Pero también es un faro para aquellas personas que estén pasando por situaciones difíciles.

En relación a los temas que abordas en el libro, ¿qué criterios utilizaste para elegir sobre qué ibas a escribir?

Encontré en la literatura, una manera de alzar la voz, y de darle voz a quienes no la tienen. Cada texto abre un universo posible, soy una especie de azafata, te propongo un recorrido a traves de cada relato, pero definitivamente hay un hilo que une a todo el libro, tiene que ver con la lucha, con el deseo irrefrenable de vivir, de no abandonarse ante el sufrimiento y la violencia, de gritar lo que se necesita para que no se enquiste. Es imposible separarme de mi mirada crítica como comunicadora social egresada de la UBA. ¡La comunicóloga está ahí todo el tiempo!, señalándome el camino, tengo un fuerte deseo de poder cambiar lo injusto, lo desigual y la literatura me permite poder poner en marcha todo esto que siento y necesito compartir.

Una particularidad del libro tiene que ver, justamente, con una narración marcada por la intimidad y tu historia, ¿cómo fue para vos el proceso de llevar a lo escrito situaciones que tuviste que atravesar?

Nunca tuve tanto miedo, de exhibir mis heridas como cuando empecé a escribir los bocetos, el qué dirán, el que van a pensar de mí, sin embargo, la fuerza que puja dentro mío por escribir acallaba esas voces casi de inmediato, cuando leía cada texto en voz alta, me daba cuenta que ya no estaba yo ahí, eran cientos de mujeres las que me miraban, las que me mostraban sus heridas. ¿Cómo ignorar eso? Habrás notado que en muchos textos no tienen nombre los personajes, y eso es por algo, cada palabra dicha o no dicha del libro tiene una razón. Nada es azar, ni como arranca el libro, la elección de esa voz masculina en el primer cuento Mi Perra, ni cómo termina, con el relato de Sexoafectiva. Cuando leí los textos, me sentí orgullosa de mi, y ya no tuve miedo a mostrar mis heridas, como Kintsugi, esa técnica japonesa que repara jarrones con oro. El abrazar mis heridas me volvía más humana, menos perfecta, más perfectamente humana. El mostrarme me liberaba de un peso social, de mandatos, ahora soy quien quiero ser, la protagonista de mi vida y eso es motivo de felicidad absoluta. No le temo a quien fui, no le temo a quien soy, agradezco mi valentía, para convertirme en quien me convertí. ¡Esta versión de mí me encanta!

En cuanto el abordaje de las violencias, ¿qué propósitos tiene el libro en relación a la visiblización y la concientización sobre las violencias que podemos sufrir a diario?

En algunas entrevistas hablaron de esta humilde autora como artistas y la verdad es que me siento identificada, ¿puede una simple autora cooperar en la visibilizarían de violencias? Hace unos días me escribió un chico para agradecerme por el texto desayuno saludable, cito textual “ahora sé lo que está viviendo mi prima” sin lugar a dudas, el poner en palabras, el poder nombrar lo que se vive en el fuero de lo privado puede ayudar a muchas personas que aún se encuentran narcotizadas, porque la violencia es una anestesia letal. No me quiero acostumbrar a lo injusto, me resisto, no quiero naturalizar el maltrato, no me puedo permitir eso. Escribo por muchas razones y este es un gran motivo.

¿Qué te permitió a vos este libro y qué lugar ocupa la escritura en tu vida?

Este libro es mi vida, real o soñada, este libro soy yo. En el proceso de escritura me pude animar a ser una versión nueva de mí, superadora, cambié tantas veces de piel que perdí la cuenta. Todo el amor y respeto que recibí no solo de mis lectores sino de mis alumnos de la UBA que fueron parte del proceso y hoy me escriben recordando que les dije sueñen a lo grande, que se puede, estoy escribiendo un libro no sé si podré imprimirlo, pero quien te quita lo bailado, tengo una responsabilidad, no me tomo a la ligera ser escritora, periodista. Y con esa responsabilidad escribo. Escribir primero me hizo bien a mí, eso hay que decirlo, pero sabiendo que mi experiencia podría ayudar a muchas más personas, y eso hace que el proceso valga la pena.

Empecé a escribir poemas a los 8 años, luego la rutina me alejó de ese don. Y en el momento más duro de mi vida todo eso estaba ahí para mí, solo tuve que abrir el cofre. La literatura tiene el poder supremo de cambiar la vida de una persona, parece exagerado, pero no lo es. En pandemia podías viajar a través de cuentos a lugares que nuestros pies no podrían. La literatura es una forma de habitar el mundo. Y para mí ha sido un sostén vital, mi línea de vida. Por eso sigo escribiendo, tengo un poemario ya casi listo, un libro para adultos y una colección para la niñez.

¿Qué te gustaría que el libro pueda generar en quienes lo lean?

Con el libro van pasando cosas maravillosas, personas que me escriben al instagram para agradecerme, para contarme sus heridas, para marcarme frases que les gustaron, el libro no solo está viajando por toda la Argentina, sino que ya empezó a venderse en el exterior, es mucho más de lo que soñé. En mis momentos de soledad, de velitas música y redactar viendo atardeceres y amaneceres, me preguntaba que quería lograr. Cada relato tiene un público especifico. Está escrito para alguien en particular, y para despertar conciencia, generar preguntas, y con el deseo de transformarlo todo. Me han pasado cosas maravillosas con las y los lectores y si ya pude ayudar a alguien con este libro, entonces todo valió la pena. Tengo esa tranquilidad y esa sensación de tarea cumplida. Pude lograrlo aunque el camino fue largo y lleno de pozos.

 “El abrazar mis heridas me volvía más humana, menos perfecta, más perfectamente humana. El mostrarme me liberaba de un peso social, de mandatos, ahora soy quien quiero ser, la protagonista de mi vida y eso es motivo de felicidad absoluta. No le temo a quien fui, no le temo a quien soy…”

 

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