Ventas decrecientes, nuevos públicos y un legado de difusión: cómo enfrentan la crisis las rockerías de la zona norte del GBA

Por Rodrigo Lescano

Como lo ha hecho durante treinta y cincos años, Luis levantó la persiana de su rockería “Tilcara”, ubicada en el centro de José C. Paz, a las diez de la mañana. Lo primero que hizo fue colgar los buzos que llevan logos de bandas como Led Zeppelin, Hermética y Rolling Stones. Luego, cortó un pedazo de hoja y armó un cartel para pegar en su vidriera: “Promo Invierno: Llevando tres remeras de adultos, te llevas una de niño ¡gratis!”.

A 20 kilómetros de allí, esa misma mañana, Pablo Pedersen publicaba en las redes de “Rockers Discos” un flyer donde anunciaba, como parte de los festejos por el vigésimo aniversario de su local ubicado en la Galería Don Quijote del centro de Pacheco, un dieciocho por ciento de descuento para todas las remeras. En el distrito vecino, San Fernando, Damián Manjón sacó un mueble con una veintena de cd 's en las afueras de su negocio “Ragged”. La oferta de la semana de la única rockería que sobrevive en ese partido consiste en llevar 10 discos al precio de 10 mil pesos, solo pagando en efectivo o con transferencia bancaria. Son parte de un stock que le han quedado en sus más de treinta años de experiencia como vendedor.

Al igual que los templos mayas y las pirámides de Egipto, las rockerías de la zona norte del GBA siguen en pie a pesar del paso del tiempo. Ante un escenario social marcado por la recesión y la incertidumbre, estos negocios surfean entre la caída de ventas y la necesidad de vender por las redes sociales. Al no ser las remeras rockeras, las pulseras con tachas ni los vinilos artículos de primera necesidad, apuestan fuerte a las bandas clásicas para atrapar a los adultos que fueron alguna vez punkies o heavys y a una nueva generación de adolescentes que conocen el rock gracias a las plataformas on demand.

Solo cinco ventas

"Como todo comercio minorista, las rockerías del norte del conurbano bonaerense están afectadas por la disminución del poder adquisitivo de los consumidores, un proceso que comenzó años atrás pero se acentuó desde que los libertarios llegaron al poder", afirmó Luis, propietario de Tilcara. "La caída de ventas fue fuertísima entre marzo y mayo: las ventas cayeron un ochenta por ciento y todo lo que recaudamos lo usamos para los gastos fijos". En consecuencia, decidió reducir la cantidad de remeras y buzos disponibles para la venta. "El dinero que ingresa se usa para sobrevivir y no alcanza para reposición. Estoy perdiendo capital y cada vez que alguien con la posibilidad de comprar entra, no tengo mercadería", agregó.

Esta realidad del comerciante paceño se refleja en los datos de mayo del Índice de Ventas Minoristas Pymes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que muestra una caída anual del 7,3% en las ventas a precios constantes, acumulando una disminución del 16,2% en los primeros cinco meses del año.

Los propietarios de Tilcara, Ragged y Rockers destacaron que, tras el salto inflacionario debido a la devaluación de diciembre de 2023, los precios de la ropa, los vinilos y los CDs se estabilizaron. Sin embargo, esto no implica un panorama alentador.

Manjón señaló que las expectativas de ventas para el Día del Padre fueron menores a las esperadas y confesó que, año tras año, pierde la esperanza de obtener una buena recaudación en fechas comerciales como esta. Argumentó que, ante la falta de dinero de los clientes, la gente "ya no se da el lujo de comprar un vinilo o un CD" porque prioriza los artículos de primera necesidad.

En un tono más optimista, Pedersen sostuvo que pudo vender bastantes remeras durante el Día del Padre. Esa misma sintonía tuvo Luis, quien aclaró que tuvo ventas “un poquito más de lo normal”. Esa sensación se entiende considerando el informe de la CAME por el Día del Padre, que indica un aumento del 11,1% en las ventas de indumentaria, atribuido en parte a niveles bajos de stock de prendas y montos relativamente bajos en el sector.

Sin embargo, no se puede ignorar la realidad económica. La CAME subrayó que este aumento en las ventas de ropa se produjo en un contexto de disminución general del 10,2% en las ventas minoristas en comparación con el año pasado. Pedersen está preocupado por la reciente subida del dólar y recuerda el último verano, cuando los precios se actualizaban constantemente. Por su parte, Luis siente que ha perdido la “gimnasia de atender gente a cada rato”: “He tenido el negocio abierto durante diez horas y solo tuve cinco ventas”.

El metal no va a morir nunca

Durante la última semana de junio, las rockerías del norte renovaron sus vitrinas físicas y virtuales. "Tilcara" notificó a sus más de dos mil seguidores que pueden acercarse al local para conseguir gorros de lana de Guns N' Roses y Callejeros. "Rockers" mostró en su cuenta de Instagram la primera edición en CD del álbum "La grasa de las capitales" de Serú Girán, mientras que "Ragged" conserva en su vidriera los principales álbumes de Blink 182, Rage Against the Machine y The Clash en formato CD.

La presencia de estas bandas tanto en las ventas físicas como en las virtuales responde a una tendencia entre sus clientes de adquirir merchandising de bandas clásicas. Pablo Pedersen destacó: "Las bandas que más venden son The Beatles, Led Zeppelin, Ramones y Red Hot Chili Peppers. Nirvana siempre tiene buena demanda tanto en CDs como en remeras". Luis subrayó que "Los Redondos, el Indio Solari, Los Piojos y La Renga" son las más populares en el rock nacional.

La estrategia de vender productos de bandas clásicas se expresa en la vidriera de Ragged al colocar los principales álbumes de Judas Priest, Ramones y The Clash  

Los compradores de estos productos son adultos que fueron parte de tribus urbanas y ahora regresan, a menudo con sus hijos, y adolescentes que descubren el rock a través de plataformas de streaming como Netflix.

"Cuando salió la última temporada de Stranger Things, muchos jóvenes descubrieron Metallica. Nos sorprendió que adolescentes de quince años vinieran a preguntar por remeras de esa banda. Esto demuestra que el rock y el metal nunca morirán", recordó Luis. Damián Manjón también tuvo una experiencia similar con el auge de esta serie: "Me llamó mucho la atención que chicos de trece años buscarán discos de Kate Bush. Ahí entendí que debo mantenerme actualizado sobre lo que escuchan las nuevas generaciones para no perder ventas".

Pedersen señaló que esta tendencia hacia lo clásico se ve impulsada por las visitas de artistas internacionales a nuestro país. Festivales como Lollapalooza y Primavera Sound, que contaron con bandas como The Cure, The Offspring y Blur, así como recitales de artistas como Red Hot Chili Peppers, Megadeth y Roger Waters en estadios, han motivado a los fanáticos a acudir a las rockerías en busca de remeras para llevar a estos eventos.

Abrazando el rock and roll

Consultado sobre cuál sería el aporte que brinda a la sociedad,  Pedersen opinó que Rockers es un lugar para salvaguardar la cultura rock y conectar con historias personales que fortalecen a la comunidad rockera: “Recuerdo que una madre le contaba a su hija, quien se probaba una remera de Gorillaz, que ella venía aquí luego del colegio a comprarse cosas”.

Uno de los aspectos que más remarcan los clientes de Tilcara mayores de cuarenta años es que, gracias a Luis, conocieron bandas en su juventud que hoy siguen escuchando. Damián Manjón nunca ha tirado los cassettes que, décadas atrás, bandas under grabaron de forma casera para que los transmitiera en su programa de radio. Tampoco ha dejado de vender materiales sonoros de bandas de barrio porque considera que su negocio es un lugar para difundirlos.

En medio de una economía que golpea con más fuerza cada día, las rockerías del norte del Gran Buenos Aires permanecen como tótems que conectan a los individuos dentro de su tribu. Desde hace décadas, estos negocios juegan un papel clave en la preservación y promoción de artistas y bandas, como así también de géneros como reggae, punk, metal e indie rock.

Parafraseando la canción “Abrazando el rock and roll” de Rata Blanca, Tilcara, Ragged y Rockers son esos pocos lugares dónde un puñado de personas pueden “enfrentar a cierta gente que no entiende cuál es su pasión” y “estar vivos de verdad”.

Una apuesta por lo analógico desde el norte del conurbano

Al igual que ocurre con el vinilo, el cassette está ganando terreno entre los melómanos y las bandas emergentes. Aunque por el momento solo es considerado una pieza de colección, es probable que vuelva a enamorar a oyentes de todo el conurbano bonaerense. Partiendo de que la pandemia hizo crecer notablemente las ventas de cassettes (según un informe musical de 2023 de Luminate, en 2022 las ventas de álbumes en cassette en los Estados Unidos aumentaron un 28% a 440,000, frente a los 343,000 vendidos en 2021), el sello discográfico sanfernandino Chaina Records ofrece a las bandas under la posibilidad de lanzar su primer cassette y es la única fábrica de este formato en toda la zona norte del GBA.

Con el “hazlo tú mismo” como bandera, este emprendimiento autogestivo trabaja con bandas punk y hardcore para ofrecerles un material físico a bajo precio y así puedan salir a mostrar su material. Se encargan de realizar las artes para las láminas internas, el estampado de la carcasa del cassette y el sellado para su posterior distribución. Este trabajo para veinte copias puede costar alrededor de 65 mil pesos.

Para Sebastián Rodríguez y su pareja, los impulsores de Chaina Records, la vuelta del cassette se debe a la nostalgia por volver a lo físico en un mundo sumido en las pantallas y lo digital. Sostienen que la calidad del audio en formato analógico es más fiel y menos comprimida que su versión en MP3.

Estos vecinos de San Fernando se mueven en un circuito de ferias de compra, venta y canje de vinilos, CDs y cassettes. En 2022, participaron en la “Cassette Week” en La Cultura del Barrio, un evento que reunió a más de treinta sellos con coleccionistas para celebrar estos formatos