El Gobierno prepara una reforma jubilatoria: trabajar hasta los 75 años

Según precisó el titular de ANSES, buscarán diferenciar a quienes tengan 30 años de aportes completos y quienes hayan pagado una moratoria.

Actualidad18/11/2024
nota previsional

Empoderado ante una oposición imponente diferenciaría entre quienes pagaron 30 años de aportes y los que entraron por moratoria. La edad jubilatoria subiría a 75 años.

 

Luego de haber vetado la ley aprobada por el Congreso para modificar el sistema jubilatorio, el Gobierno reconoció que hay una "deuda pendiente" con los jubilados que cumplieron con sus años de aporte por lo que preparan una reforma previsional para 2025.

El titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Mariano De Los Heros, adelantó que el objetivo de la reforma será diferenciar a quienes realizaron los aportes completos y quienes accedieron a la jubilación a través de una moratoria. "Estamos estudiándolo, pero conceptualmente la idea es en algún momento poder reconocer la situación diferente de aquellos jubilados que cumplieron durante toda su vida con aportar al sistema", dijo.

Remarcó que hay que "reconocer la situación diferente de aquellos jubilados que cumplieron durante toda su vida con aportar al sistema” y que "merecen un reconocimiento a ese esfuerzo".

Otro de los puntos que señaló que analizarán en la reforma previsional será la edad jubilatoria. De los Heros consideró que el sistema actualmente está "virtualmente quebrado y hay que repensarlo". "La crisis del sistema no es exclusiva de nuestro país, sino que también afecta a otras naciones", agregó.

De todas formas, advirtió que un ajuste aislado de la edad de jubilación no resolvería los problemas estructurales del sistema. "El cambio de la edad puede ser uno de los puntos de una futura reforma previsional, pero en forma aislada no es conducente", explicó.

Si bien adelantó que se continuará pagando el bono de $70.000 que cobran 5 millones de jubilados y pensionados que accedieron al beneficio a través de moratorias, previsto en el Presupuesto 2025, aseguró que no habrá refuerzos adicionales.

"La mejora en las jubilaciones y pensiones no se tiene que dar a través del bono, que es de naturaleza extraordinaria, sino a través del crecimiento económico, de la estabilización de las variables macroeconómicas", sostuvo.

Sobre los juicios de jubilados, explicó que se dividió "lo que es la actualización de los haberes jubilatorios con sentencia firme". "Lo hacemos de inmediato y sin esperar el pago de los retroactivos. En cuanto a la política de apelación, estamos trabajando para tener fallos que establezcan un criterio jurisprudencial claro".

Varios abogados previsionales avisaron, días atrás, que varios jubilados clientes suyos habían comenzado a cobrar los reajustes de sus haberes producto de sentencias judiciales firmes.

 

Morir trabajando

El régimen previsional argentino enfrenta una fuerte presión financiera: según datos oficiales, más del 90% de la recaudación impositiva proviene del IVA, Ganancias, Ingresos Brutos y derechos de importación/exportación.

En contraste, el gasto en jubilaciones generales asciende a un promedio mensual de $298.051 por beneficiario, mientras que los regímenes especiales (como los de jueces y diplomáticos) tienen un haber promedio que supera el millón de pesos. Esto, según el gobierno, es insostenible sin un ajuste estructural.

El régimen general tiene 7.085.877 beneficiarios, y los especiales aplican a 249.892 personas.

Carlos Guberman, secretario de Hacienda, explicó en una reunión de gabinete que el objetivo de esta reforma sería "reducir el número de jubilados" y centrar las políticas en aumentar la cantidad de aportantes.

Esta línea de acción incluye una reforma laboral previa, que buscaría combatir la informalidad, ya que el 40% de los trabajadores argentinos no realiza aportes al sistema previsional.

Actualmente, la edad jubilatoria es de 65 años para hombres y 60 para mujeres. Esta cifra la coloca por debajo de varios países desarrollados y emergentes.

En España y Alemania, por ejemplo, la edad se eleva a 67 años; en Brasil es de 65 para hombres y 62 para mujeres; y en México, 68 años. Sin embargo, la propuesta de elevarla a 75 años ubicaría a nuestro país como el de edad de retiro más alta del mundo, un cambio drástico frente a la realidad actual. La discusión no es nueva: muchas naciones enfrentan el dilema de retrasar la jubilación en respuesta al envejecimiento poblacional.

Sin embargo, en Argentina, donde la esperanza de vida ronda los 76 años para hombres y 81 para mujeres, el planteo sin dudas generará rechazo por su aparente desconexión con las condiciones laborales que rigen.

Se espera que diversos sectores expresen su oposición. Sindicatos, organizaciones sociales y economistas ya cuestionan la viabilidad de extender la vida laboral en un país donde los trabajos en sectores como la construcción, el comercio o la salud implican un desgaste físico significativo.

Además, el recuerdo de las AFJP, disueltas en 2008 tras múltiples denuncias de ineficiencia y desigualdad, también provoca desconfianza hacia un eventual regreso al sistema privado.

Por otro lado, desde el gobierno aseguran que la reforma buscaría aliviar las cuentas públicas, pero también promover incentivos para aquellos que deseen seguir trabajando más allá de la edad mínima. Según las proyecciones oficiales, estas medidas permitirían reducir el déficit previsional en un 20% en el mediano plazo.

Para muchos, esta propuesta representa una medida extrema que pone en juego el contrato social construido alrededor del sistema jubilatorio argentino. Si el Congreso avalase esta iniciativa, el país enfrentará un cambio profundo en uno de sus pilares de protección social, con consecuencias aún difíciles de prever.

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