
El intendente Ricardo Curutchet, junto a autoridades locales, fue el encargado de presentar las mejoras en esta área.
Los 160 operarios de esta alimenticia de la localidad escobarense de Garín enfrentan salarios impagos, amenazas de cierre y una creciente incertidumbre, mientras la empresa y el sindicato intercambian acusaciones.
Región 15/01/2025Por Rodrigo Lescano
Cada día que pasa en Alijor, la bronca crece en los operarios que realizan pastas, tapas de empanadas y pascualinas. La empresa, ubicada en el Km 36 de la Ruta Panamericana, no ha pagado las quincenas de diciembre, el aguinaldo y ha suspendido las vacaciones.
Según una fuente obrera consultada por este medio, cual ha pedido que se reserve su identidad, señaló que la causa se encontraría en que la empresa tendría embargada sus cuentas bancarias por un juicio. Sin embargo, mencionó que en las audiencias que hubo entre la parte empresarial y sindical en la Secretaría de Trabajo, la firma propiedad de Benjamín Biderman “no firmó ninguna acta” y “no muestra alguna documentación que acredite que estén embargadas sus cuentas así como tampoco ha solicitado un proceso preventivo de crisis”.
“Los trabajadores están viviendo momentos de estrés y ansiedad porque se atrasan con sus alquileres. Se endeudan para subsistir y nadie se hace cargo. Es una tortura. Hay compañeros que se les presentó diabetes nerviosa Detrás de cada trabajador, hay una familia”, comentó con indignación el operario.
El método Biderman
No es la primera vez que la empresa de capitales nacionales no paga en tiempo y forma los salarios. En noviembre del 2023, se realizó un paro de siete días en la planta por el atraso en el pago de las quincenas y Alijor, por su parte, amenazó con el cierre sino se levantaba la huelga. Esta misma situación ocurrió en abril del año pasado. Los obreros, tras convocar a una asamblea, pudieron conseguir que su sueldo de marzo se pagase en dos tramos.
Con el transcurso de los meses, la problemática se acrecentó. La Primera pudo acceder a la correspondencia de cartas documento entre el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) y la firma de Biderman. El pasado 22 de noviembre, la empresa le expresó al gremio conducido por Rodolfo Daer de que solo abonarían el 25% de los haberes de ese mes y que, si no se levantaban las medidas de fuerza, no se iban a realizar los depósitos bancarios y los hacían responsables de la continuidad de la fábrica.
El STIA le respondió que esa nota era “absolutamente improcedente, sin fundamento legal y manifiestamente extorsiva” y exigió que pague lo adeudado. Días después, Alijor lanzó un comunicado donde afirmó que la marca “siempre ha cumplido con su personal y distribuidores a pesar de las dificultades y de los momentos difíciles que atraviesa el país y la empresa” y que esa situación “no les interesa a los trabajadores, ya que prefieren que la empresa cierre, persiguiendo el fin de formar una cooperativa de origen político para adueñarse de la misma”.
“Cuando no se ha podido cumplir en tiempo y forma con los pagos con atraso no mayor a dos días, el personal realiza paros intempestivos y en forma amenazante y extorsiva que si no cumplen con el pago se presentarán en los domicilios de la familia. Hecho que ya ha ocurrido, atentando contra la familia Biderman. Los hechos mencionados anteriormente demuestran un profundo resentimiento y sentimiento de discriminación racial y antisemita hacia el titular de la firma y su familia de parte del personal de Alijor y el Sindicato de la Alimentación en la figura de su titular Sr. Rodolfo Daer”, finalizó el comunicado.
Al día siguiente, la respuesta sindical no se hizo esperar. Una carta documento, firmada por el secretario general, mencionó que “la estricta realidad es que la empresa se mantiene en funcionamiento gracias al esfuerzo y empeño puestos por los trabajadores con riesgo de sus vidas”. Expresó que el gremio fue tolerante, a fin de garantizar la producción empresaria, con las decenas de denuncias formuladas por los operarios como “atrasos en los pagos de salario, falta de entrega de ropa de trabajo y de elementos protectorios, falta de limpieza en el lugar de trabajo y falta de pago de vacaciones en legal forma”.
Remarcó, además, que no había ninguna intención de tomar la fábrica y ponerla a producir por parte de los operarios y que el derecho a huelga solo puede constituir un "atentado" para “una subjetividad dañado por pensamientos antidemocráticos”. Descalificó la denuncia de hechos antisemitas porque funcionarían como una “variable de ajuste de las especulaciones de la empresa para Intentar defender y encubrir el cuestionamiento a las violaciones a la Ley en que ha incurrido”.
Sin paz
El intercambio entre estas dos partes no resolvió el problema. La indignación explotó a principios del mes pasado y los obreros mantuvieron un paro por doce días. Esto llevó a que se convocase a una audiencia en la Secretaría de Trabajo donde los delegados y el sindicato alcanzaron un acuerdo con la empresa para que los trabajadores retomaran sus tareas con el compromiso de que el 60 % de la quincena sería abonado. Sin embargo, este acuerdo fue rechazado por los trabajadores, quienes se negaron a levantar la huelga hasta que la empresa saldara la deuda completa.
Aunque los dirigentes sindicales no se opusieron a la continuidad del paro, advirtieron que la decisión implicaba asumir las posibles consecuencias. “El STIA aclaró que si no se levantaban las acciones, no se podía producir y, en consecuencia, no se les pagaría a los obreros”, sostuvo la fuente consultada.
El pago de los salarios de noviembre normalizó la producción en esta alimenticia, pero no revirtió el descontento. El obrero consultado manifestó su preocupación por la inacción del gremio al no haber realizado ninguna “medida cautelar” y la intención de la familia Bidermar de “buscar ocasiones para despedir sin causa a los operarios amparándose en la Ley Bases”. “Alijor no quiere la paz social”, afirmó. Al cierre de esta edición, la preocupación por los atrasos salariales continúa. “Tiras un fósforo y explota todo”, graficó.
El intendente Ricardo Curutchet, junto a autoridades locales, fue el encargado de presentar las mejoras en esta área.
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