Trueque y solidaridad: la feria paceña donde las mujeres crean comunidad

En el corredor aeróbico de José C. Paz, un grupo de mujeres lidera “el lunes de luchonas”, un espacio que no solo les permite garantizar un plato de comida para sus hijos, sino también construir redes de apoyo frente al impacto de las políticas económicas del gobierno.

Región 15/01/2025
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Por Rodrigo Lescano

 

Las tardes en el corredor aeróbico de la avenida Hipólito Yrigoyen no se distinguen de las de cualquier plaza de José C. Paz. Un adolescente lanza la carta del +4 en una partida de Uno, un novio que le ceba un mate a su enamorada que está más atenta a su celular que a él y un runner que da vueltas deseando tener el cuerpo de un Adonis son algunas escenas que se pueden encontrar en este espacio rodeado de árboles, toboganes y hamacas.

 

Esa paz, apenas alterada por las aceleraciones bruscas y frenadas de los autos y colectivos que transitan la ex ruta 197, se transforma cada lunes entre las 14 y las 16 horas, cuando un grupo de casi cincuenta mujeres se reúne en el lugar. Acompañadas por sus hijos, llegan cargando carritos de compra y bolsos. Como en un campamento improvisado, cada una extiende una manta sobre el piso y dispone productos de lo más variados: ropa para niños y adultos, galletitas, yerba, azúcar, juguetes, perfumes, jabones y tortas

 

De esta manera, se da inicio al “lunes de luchonas”, un espacio de intercambio de mercaderías liderado por mujeres que buscan no solo garantizar un plato de comida para sus hijos, sino también construir lazos solidarios para enfrentar los difíciles tiempos impuestos por las políticas del gobierno libertario.

 

 

Sandra Roldán es una de las organizadoras de este trueque. Hace siete años, la imposibilidad de encontrar un trabajo que coincidiera con los horarios de los tratamientos médicos de su hijo la llevó a incursionar en el mundo de los intercambios. En diferentes lugares de la zona noroeste del conurbano, Sandra iba con sus hijos a intercambiar con vecinos productos que le permitieran vivir el día a día.

 

La llegada de Milei al poder no le fue nada beneficiosa. “Con la disparada de la inflación en diciembre del 2023, muchos grupos cerraron porque los precios aumentaron y los miembros pensaban que lo que ofrecían para truequear no les alcanzaba para nada. Muchas madres no pudieron llevarles comida a sus hijos”, se lamentó Sandra en diálogo con este medio.  Ella no se quedó de brazos cruzados. Enfrentarse a las burocracias del sistema público de salud para garantizar los tratamientos de su hijo le había enseñado que la batalla se pierde cuando uno se rinde.

 

Con otras mujeres, se instaló en las inmediaciones de la estación San Miguel del Ferrocarril San Martín. La respuesta no se hizo esperar: el municipio las echó. Con una acta librada por un funcionario que no conoce la empatía, decidió desplazar la Feria de las Luchonas a José C. Paz. Desde ese entonces, vecinas de Moreno, Malvinas Argentinas, San Miguel y de otras zonas del conurbano se encuentran cada lunes por la tarde en el corredor aeróbica.

 

¿Cómo pueden coordinarse tantas personas? Sandra relata: “Tenemos un grupo de Whatsapp donde los miembros publican lo que tienen para intercambiar y los lunes en la plaza se hace el trueque. Allí es el único lugar donde se juntan los miembros, ya que evitamos las entregas a domicilio por una cuestión de seguridad”.

 

Pero Sandra no está sola. El grupo de WhatsApp, que lleva el mismo nombre que el trueque, cuenta con siete administradoras que, para evitar estafas, elaboran equivalencias basadas en los precios del mercado, supervisan que no se vendan bebidas alcohólicas y registran la asistencia de los miembros que participan en la feria.

 

Mara Romero, emprendedora dedicada al packaging, es otra de las administradoras del grupo de Whatsapp y sostuvo que, detrás del momento de cambio de productos, hay toda una semana de trabajo: “Hay muchas chicas que son pasteleras o decoradoras de eventos y toman pedidos en el grupo. Trabajan toda la semana para el lunes”.

 

“Para nosotras, la clave es el día de la entrega en la feria porque las mujeres se entusiasman al ver a otras madres emprendedoras como ellas. Ven que pueden hacer muchos cambios que les permiten llegar a fin de mes, Aquí encuentran no solo comida, sino también libros, calzados y juguetes”, remarcó Romero quien confesó que llegó a estar ocho horas diarias en la app del ícono verde para publicitar sus cajas personalizadas y figuras de goma eva.  

 

Cara de mujer

 

A lo largo del año pasado, el grupo de Whatsapp “Lunes de luchonas” alcanzó los 500 miembros. Según estimaciones de las organizadoras, el cincuenta por ciento serían madres solteras. Mara Romero profundizó el perfil de estas mujeres: “Hay chicas que están solas con sus hijos y no tienen nada para comer. Muchas de ellas no tienen oportunidades laborales porque deben criarlos. Los intercambios les permiten no solo estar con sus familias, sino también generar un ingreso extra. Aunque reciben planes sociales, son trabajadoras que invierten lo poco que tienen para generar sus emprendimientos”.

 

Por otro lado, Sandra remarcó que hay otros sectores: “Nos encontramos con empleadas domésticas, amas de casa y trabajadores que no llegan con su salario a fin de mes. El trueque les permite hacer una diferencia porque llevan alimentos”.

 

Estas realidades demuestran que la pobreza tiene cara de mujer. Las políticas económicas del gobierno de Milei empobrecieron a los sectores populares donde las mujeres son mayoría. En Argentina, las cifras que expresan la feminización de la pobreza son alarmantes.

 

Según un estudio de la Asociación Civil Economía Feminista, a partir del análisis de la Encuesta Permanente de Hogares, para el segundo trimestre del año pasado, las mujeres percibieron ingresos que en promedio fueron un 27.3% menores que los de los varones.

 

La investigación reveló que, en el mercado de trabajo, las mujeres ganaron en promedio un 27.4% menos que los varones ($383.100 vs. $528.000) y que, en la informalidad, esa brecha es más aguda: ellas ganaron en promedio un 38.3% menos que sus pares

 

Simultáneamente, las mujeres son las más afectadas por la desocupación y la subocupación. Al comparar las tasas por género, las de las mujeres superaron a las de los hombres: 8,4 % frente a 6,9 % en desocupación y 14,2 % frente a 9,8 % en subocupación.

“Usualmente, ambas tasas son mayores para las mujeres que para los varones, señalando que, incluso siendo minoría en el mercado de trabajo, las mujeres tendrían más dificultades para conseguir trabajo y/o para trabajar una jornada completa”, aclaró el estudio dirigido por la economista Candelaria Botto.

 

Segundo hogar

 

La feria de las luchonas termina cada lunes con un sorteo de mercadería. Para participar, cada miembro pone a disposición alguno de sus productos y los ganadores se llevan parte de lo recolectado. Las administradoras son las encargadas de repartir los números y de armar los bolsones.

 

Cuando ocurre el sorteo, el tiempo se para en la feria. Gloria Aguilar y Belén Lencina, otras de las organizadoras, reúnen a las miembros y forman un círculo como si fuera una asamblea. Todas las miran. Mientras mezclan los números en una bolsa de plástico, Gloria se siente como en su casa. Un segundo hogar donde todas se llevarán algo, Por su parte, Belén aprecia ese momento como si estuviera en ese trabajo que tanto soñó alguna vez, pero lo hace rodeado de personas que concibe como hermanas, madres y abuelas.

 

Las sonrisas de una vecina por haber ganado el primer premio le recuerdan a Sandra que eligió construir esta feria no solo para despejarse del estrés que le consumen los tratamientos de su hijo y los problemas cotidianos de su familia, sino también para ayudar a las que menos tienen.

 

Mara ve a sus compañeras entregar los premios y disfruta ver cómo otras “abren sus cabezas y salen de ese hueco depresivo por no tener el trabajo deseado o el dinero que se necesita para vivir”.

 

Las organizadoras demuestran con cada “lunes de luchonas” que nadie se salva solo en esta crisis. Nadie les puede negar que han forjado espacios que han favorecido que las mujeres integren nuevos grupos humanos, ampliando los vínculos sociales, comunitarios y afectivos y mejorando sus redes sociales de apoyo. Son amigas, hermanas y, por sobre todo, compañeras.

 

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