Cayó en un intenso tiroteo el asesino más buscado de la región Oeste

Víctor Ricardo Martín Fernández Galarza (36) era el único prófugo que quedaba en la causa que investiga el crimen del empresario Gabriel Izzo y las gravísimas lesiones que padeció su viuda, Silvana Petinari, durante una brutal entradera en San Antonio de Padua.

Policiales 04/10/2025
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Ahora quedó internado con fuerte custodia policial a la espera de su recuperación para ser indagado.

A Víctor Ricardo Martín Fernández Galarza (36) le venían siguiendo sus pasos de cerca. Era el único prófugo que quedaba de la investigación por el crimen del empresario Gabriel Izzo en su casa de San Antonio de Padua y las gravísimas lesiones, entre ellas la pérdida de un ojo, provocadas a su viuda, Silvana Petinari.

Sabían que seguía robando en la zona y que se dedicaba a cometer entraderas o golpes de fuerte impacto y alto riesgo, pero no podían atraparlo. La DDI le estaba encima y la justicia consiguió, después de un allanamiento realizado hace algunos días en General Rodríguez, el dato de un teléfono que de inmediato se puso bajo análisis. Ese fue un primer paso concreto para seguir sus movimientos en base a la antena del celular.

Así, el cerco se cerró y era cuestión de un cerrojo la posibilidad de dar con él. Y esa chance se produjo en Ituzaingó, cuando personal de la mencionada estructura, a cargo del comisario mayor Dante Pérez Bianchi, estuvo frente a frente con él. Fue en la intersección de las calles Camerucci y Portugal, en donde se desató “una lluvia de balas”, narraron vecinos de la zona.

Fernández Galarza se desplazaba al mando de una camioneta Nissan Kicks lateada, es decir, con patente trucha. Le dieron la voz de alto y respondió con tiros, sin frenar. Lo siguieron unos metros le respondieron las balas, hasta que detuvo su marcha, sin escapatoria. Bajó del rodado ensangrentado: uno de los proyectiles ingresó en su cadera.

De inmediato, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, fue trasladado al Hospital del Bicentenario, donde quedó internado y con custodia policial permanente. No hubo personal herido en el enfrentamiento y en el vehículo en el que circulaba los investigadores descubrieron que llevaba precintos con los que suelen atar a víctimas de entraderas, además de guantes y un pasamontañas. Nadie tiene dudas de que preparaba otro atraco. Nadie puede establecer, a ciencia cierta, en cuántos hechos delictivos está involucrado.

El fiscal Claudio Oviedo, que investigó el caso con su colega Marisa Monti, de la UFI Nº 5 de Morón, espera que se recupere para poder indagar. Era uno de los sujetos más buscados de la región, ante el cual la Policía estaba en alerta permanente. Incluso fue mencionado como un posible partícipe del asalto tipo comando cometido la semana pasada en la financiera ubicada en el complejo K-41 de Moreno, aunque todavía esto no está confirmado. Lo que es evidente es que seguía delinquiendo en la región.

La brutal entradera al matrimonio Izzo-Petinari ocurrió el 9 de junio de 2023 en la vivienda familiar de la calle Italia al 1000 de San Antonio de Padua, en Merlo. Hasta allí llegó una banda integrada por cuatro sujetos que ingresaron al chalet luego de violentar un ventanal. Hubo al menos un cómplice más de la organización delictiva: el chofer que aguardó en el auto.

Cuando se dio cuenta de los movimientos en el interior de su casa, la víctima fatal resistió el robo con dos armas de su propiedad con las que intentó defenderse, pero una de ellas se trabó al momento de gatillar. Eso fue aprovechado por los ladrones, que le pegaron tres balazos en tórax, abdomen y pelvis, lo que provocó su muerte casi en el acto. También le provocaron heridas corto punzantes a Petinari en el rostro, en la región cervical y en el estómago que la dejaron al borde de la muerte. La mujer logró sobrevivir.

La investigación de los fiscales Marisa Monti y Claudio Oviedo, de la UFI Nº 5 de Morón, permitió identificar a todos los integrantes de la organización delictiva mediante cámaras de seguridad y huellas dactilares. Y fueron cayendo de a poco: se trata de Jonathan Ricardo González, alias ‘Monarca’; Brígido Achucarro González, conocido como ‘El Paraguayo’; y Diego Correa, a quienes ya les dictaron sus respectivas prisiones preventivas y esperan el juicio. Sólo restaba detener, de los que ingresaron a la casa, a Fernández Galarza, el baleado tras si detención

El chofer del VW Gol en el que la banda llegó al domicilio, Gustavo Mac Dougall, también había sido detenido y cumplía prisión preventiva en el penal de General Alvear cuando en abril de este año murió en el hospital de Saladillo. Estaba internado en ese nosocomio con custodia desde el 28 de marzo pasado a raíz de una neumonía y sufrió “síndrome de repercusión general asociado a leucocitosis persistente”. Es decir, la neumonía complicó su cuadro clínico y no pudo superarla. El deceso se produjo el martes 15 de abril.

 

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