
Carne, alquileres, combustibles y restaurantes empujaron la suba. Los servicios corren 10 puntos por encima de los bienes y la interanual apenas aflojó un punto, a 32,6%. El ajuste no llega al bolsillo.


En 1919 Carlo Ponzi puso en marcha una empresa que prometía a inversores una rentabilidad del 50% en 45 días o del 100% en 90 días. Un año más tarde, salió a la luz que esto se trataba de un fraude total. Más de 100 años después, Ponzi sigue siendo tan famoso como en ese entonces.
Actualidad22/10/2024
Por Mg. Rosario Porthé y Mg. Isabel Turri
Una estafa piramidal empieza con un creador que capta a un número pequeño de víctimas a la que les ofrece ingresos fáciles y rápidos por vender sus productos. Pero finalmente resulta que la base de la generación de ingresos en este tipo de esquemas no es la venta del producto en cuestión, sino la captación de nuevos “vendedores” por parte de los vendedores más antiguos.
Por su parte, un “esquema Ponzi” es una variante de la estafa piramidal en la cual una persona ofrece a potenciales clientes, inversiones con rendimientos exageradamente altos en periodos de tiempo muy breves. La diferencia es que los clientes no tienen la responsabilidad de buscar nuevos inversores, sino que el promotor es quien debe sumarlos.
Las promesas de rendimientos rápidos generan confianza en los ahorradores, quienes cometen un primer error: no cuestionar la procedencia de esas ganancias. A su vez, para generar aún más confianza, generalmente el estafador devuelve a sus víctimas el capital de su primera inversión más los intereses prometidos, para hacerles creer que estas promesas son reales. ¿El origen de esos “intereses”? Capital captado de nuevos inversores. De esta manera, el estafador muestra credibilidad y va incrementando no solo la cantidad de víctimas sino el volumen de sus inversiones. Así, se va generando una bola de nieve de dinero aportado por nuevas víctimas (o víctimas ya cautivas que por supuesto desconocen encontrarse en una estafa), que permite al estafador pagar los intereses prometidos a todo aquel que quiera retirar sus inversiones.
Lo cierto es que ningún asesor profesional, debidamente auditado y registrado en la Comisión Nacional de Valores (CNV), puede ofrecer promesas similares; es por esto que muchas veces son percibidos como aburridos y poco comprensibles. Sin embargo, la realidad se torna evidente cuando comienzan a surgir dudas entre las víctimas y las solicitudes de retiro superan los ingresos que el estafador puede generar a través de la atracción de nuevas inversiones.
La primera pregunta que nos surge es, ¿Cómo puede ser que estas estafas, tan repetidas y evidentes a los ojos de algunas personas, puedan seguir teniendo éxito? ¿En qué fallamos, como sociedad, para que esto siga pasando?
Se nos ocurren varios motivos. El primero: la escasa educación financiera, que convierte a los pequeños y no tan pequeños ahorristas en blancos fáciles que en muchos casos desconocen lo que puede ser un rendimiento lógico. Además, en muchos casos tampoco saben que existe un mercado regulado donde uno puede seguir sus inversiones día a día y que hay otros negocios… que están fuera de cualquier órbita de control. El juicio a Cositorto por el caso Generación Zoé que se está llevando a cabo en estos días lo ilustra a la perfección.
Sin embargo, también existen casos en los que incluso cayeron inversores experimentados, como fue el conocido caso de Bernie Madoff. Esto ya es otro tema donde tal vez ya entre en juego la ambición desmedida.
Otro motivo, en el caso de Argentina, podría ser la prevalencia de la economía informal. Estos estafadores operan en un ámbito poco visible para los reguladores y la AFIP, aprovechándose así de grandes cantidades de ahorristas cuyo dinero no está registrado en el sistema, cuestión que se hizo evidente en los últimos blanqueos.
Y acá la pregunta que podrían hacerse las víctimas atrapadas por falta de educación financiera: ¿cómo sé cuándo una promesa de rendimientos es muy elevada?
Para tener una noción básica, un bono del tesoro de Estados Unidos, que tomamos como un bono “libre de riesgo” paga una tasa anual en torno al 4% en dólares. Si queremos extrapolar a cuál debería ser el rendimiento de una inversión similar en un país con un riesgo elevado, como podría ser el caso de Argentina, lo que deberíamos hacer es, a ese 4%, sumarle el famoso “riesgo país”, del país en cuestión. Siguiendo con el caso de Argentina, este ejercicio nos arrojaría un rendimiento esperado, aproximado, de un 15% anual en dólares. Es decir que un inversor que decide colocar su dinero en un bono de un país con un riesgo elevado como es el caso de Argentina, debería esperar un rendimiento anual aproximado del 15% en dólares.
En otras palabras: un rendimiento anual del 15% en dólares es muy alto y, para obtenerlo, se debe asumir un riesgo. ¿Qué implica este riesgo? Probabilidad de default, alta volatilidad en el precio del bono, entre otras cuestiones. Es por eso que este tipo de inversiones suelen ser recomendadas para inversores experimentados y con un perfil de riesgo elevado.
Dicho todo esto, como profesionales de las finanzas, creemos tener el compromiso social de aclarar una y otra vez, que el dinero fácil no existe en este rubro. Es fundamental tener presente que altos rendimientos implican alto riesgo y se obtienen a largo plazo. Y que siempre es importante entender en qué se está invirtiendo.
A modo de reflexión, los invitamos a pensar en el mercado bursátil y otras inversiones como un juego de suma cero: una interacción entre partes en la cual la suma de las ganancias y pérdidas de los participantes es igual a cero.

Carne, alquileres, combustibles y restaurantes empujaron la suba. Los servicios corren 10 puntos por encima de los bienes y la interanual apenas aflojó un punto, a 32,6%. El ajuste no llega al bolsillo.

Europa, Estados Unidos y Asia atraviesan un brote adelantado que saturó hospitales, cerró escuelas y encendió alarmas sanitarias. Especialistas advierten que la variante podría llegar al país entre marzo y junio de 2026, en un contexto de sistemas de salud frágiles y recesión.

Una encuesta nacional muestra la paradoja del segundo año del gobierno libertario: 53% valora positivamente al Presidente, pero 52% cree que la Argentina va en la dirección equivocada y 61% afirma que las medidas económicas lo perjudican. El oficialismo sobrevive más por falta de oposición que por resultados.

El Gobierno intenta instalar que la reforma laboral tiene respaldo mayoritario basándose en un 61 por ciento de apoyo abstracto a “algún cambio”, mientras la CGT advierte que el proyecto oficial no suma empleo, recorta derechos y acelera despidos en plena caída del mercado interno.

La iniciativa invierte la carga de la prueba, eleva los umbrales de evasión penal y transforma el esquema tributario argentino. El oficialismo lo presenta como un acto de justicia liberal, pero la medida también reconfigura el tablero de poder entre Estado, contribuyentes y grandes evasores.

El Ejecutivo redujo los derechos de exportación al agro, lanzó un BONAR 2029N de US$1.000 millones y defendió su decisión de no acumular reservas, pese a las presiones del FMI y los bancos internacionales. El plan combina liquidación rápida del campo, endeudamiento moderado y un dólar pisado

La Línea 707 atravesó un paro total de 72 horas que afectó a miles de usuarios en la zona norte del conurbano bonaerense. La medida de fuerza fue impulsada por los choferes de la empresa Micro Ómnibus General San Martín, quienes denunciaron el incumplimiento en el pago de sus salarios.

En medio de las tensiones que atraviesa el peronismo a nivel nacional, el intendente de Hurlingham, Damián Selci, parece haber quedado fuera del radar político de las principales figuras del espacio.

El Municipio de San Isidro puso en marcha una importante reconfiguración vial en el centro de Martínez, con el objetivo de mejorar la seguridad vial, ordenar el tránsito y optimizar el estacionamiento en la zona de la Plaza 9 de Julio, uno de los puntos de mayor circulación del barrio.

Los 35 allanamientos por la causa Sur Finanzas parecían un golpe directo a la AFA. Pero la embestida coincidió con el ascenso internacional de Claudio Tapia en FIFA y con una advertencia desde Estados Unidos para no tensar contra un actor clave en el Mundial 2026.

El Ejecutivo redujo los derechos de exportación al agro, lanzó un BONAR 2029N de US$1.000 millones y defendió su decisión de no acumular reservas, pese a las presiones del FMI y los bancos internacionales. El plan combina liquidación rápida del campo, endeudamiento moderado y un dólar pisado