
Un delincuente de 20 años fue detenido este último fin de semana, en la localidad de Libertad luego de haber robado una camioneta Citroen Berlingo a un abuelo junto a dos complices más.
El barrio Alfonsina Storni está conmocionado por el crimen de un vecino clave en la memoria histórica y cultural del conurbano.
Policiales 28/07/2025José C. Paz no duerme desde el domingo. La noticia se filtró como las más oscuras: sin aviso, sin consuelo.
En una casa modesta de la manzana 9 del barrio Alfonsina Storni, fue hallado sin vida Alberto Julio Fernández, un hombre de 75 años que dedicó su vida entera a algo que pocos valoran en tiempos veloces: la historia de los pueblos. Lo asfixiaron en lo que parece haber sido una entradera. Lo mataron en su propio archivo viviente.
El cuerpo fue encontrado en su hogar, con una bufanda atada al cuello y signos de violencia. Su ropa estaba corrida, su rostro marcado por un golpe. El detalle del celular faltante y el desorden general abren la línea más sólida: un robo que se tornó homicidio.
Pero para el barrio, no es solo eso. Es la caída de un faro. La muerte de uno de esos vecinos que no alardean, pero que hacen.
Fernández no era una figura mediática, ni un político, ni un famoso. Pero quienes viven en José C. Paz lo conocían bien. Fue docente, sacerdote, presidente de federaciones históricas y director del Museo Histórico "José Altube".
No de nombre: de cuerpo y alma. Sus investigaciones rescataron historias mínimas y transformaron a la comunidad en sujeto de su propia narración. En un lugar donde muchas veces el olvido se impone, él fue quien tejía memoria.
La historia local perdió a su guardián
Hay muertes que duelen en lo íntimo. Esta, también en lo colectivo. Fernández no solo escribía libros ni organizaba actos.
Caminaba escuelas, armaba charlas en clubes, se sentaba en la vereda a conversar sobre lo que fue y lo que podría ser. La historia no era para él un relato cerrado, sino una herramienta viva. El barrio lo sabía. Y por eso la tristeza no tardó en desparramarse como pólvora en redes, pasillos, instituciones.
Había nacido y vivido toda su vida en José C. Paz. Su nombre está asociado a hitos culturales y académicos, pero su espíritu era simple: llevar el saber al vecino, contarle por qué su calle se llama como se llama, de dónde vienen los migrantes que hoy son familia, y cómo esa tierra que parecía marginal también tiene héroes, conflictos y belleza.
Quienes lo conocieron lo describen como sereno, comprometido, generoso. La clase de hombre que elige construir desde lo chico. Por eso su partida no deja solo dolor. Deja una herida abierta. Porque en un distrito donde tantas veces se lucha contra la indiferencia, perder a un historiador de territorio es perder una brújula.
La investigación sigue. El móvil parece ser el robo, pero hay detalles que inquietan. ¿Fue casual? ¿Lo conocían? ¿Buscaban algo más? Las preguntas sobran y las respuestas, por ahora, faltan.
Pero hay algo que no se discute: no era un caso más. Y no puede ser tratado como tal.
Cuando matan a un historiador, matan también a un testigo. A alguien que miraba la vida con un lente más profundo. A alguien que enseñaba a valorar los orígenes. No solo le arrancaron la vida: intentaron silenciar una voz que hablaba de comunidad, de identidad, de pertenencia.
Hoy, entre velas y posteos, entre abrazos breves y bronca muda, José C. Paz se promete una sola cosa: que a Alberto Julio Fernández no se lo va a olvidar. Porque su historia —como las que él rescataba— ahora nos pertenece a todos. Y su nombre, aunque lo hayan querido apagar, quedará escrito donde más duele y más importa: en la memoria viva del pueblo.
Un delincuente de 20 años fue detenido este último fin de semana, en la localidad de Libertad luego de haber robado una camioneta Citroen Berlingo a un abuelo junto a dos complices más.
El homicidio ocurrió en el mes de junio, en el barrio parque San Martín pero tuvo un giro importante en las últimas horas, con la detención del segundo implicado en el homicidio de Alejo Hernán Freire, de 31 años, quien falleció tras recibir un disparo en el pecho durante una presunta pelea vecinal.
Cuatro personas fueron detenidas en el marco de la investigación que se lleva adelante por el ataque vandálico que sufrió el diputado nacional José Luis Espert en su domicilio de San Isidro. Uno de los allanamientos se realizó en la localidad de Florida, partido de Vicente López.
Los agresores, menores de edad, se dieron a la fuga tras ejecutar al ex agente. La Justicia los busca con cámaras de seguridad y testigos del barrio. Le dispararon once veces en 10 segundos.
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El ex legislador nacional, Fernando Asencio, encabezará la lista de candidatos a concejales en La Matanza por Somos Buenos Aires.
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