Economía en tensión: intendentes de la Primera Sección ajustan obras y priorizan la gestión diaria

La situación presupuestaria de los municipios de la Primera Sección Electoral se empieza a instalar en la agenda política bonaerense. Con la inflación (leve) pero presionando sobre los gastos corrientes y la recaudación local en retroceso, los intendentes advierten que el desafío no pasa por el pago de sueldos, sino por la falta de margen para sostener el ritmo de obras y proyectos de infraestructura sin asistencia provincial.

Región 07/10/2025
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En Morón, el intendente Lucas Ghi mantuvo conversaciones con el ministro de Interior Catalán, para plantear la necesidad de refuerzos extraordinarios. El jefe comunal espera novedades en los próximos días, consciente de que la prioridad es garantizar la administración y los servicios básicos, mientras que la obra pública quedó en un segundo plano.

La preocupación no es exclusiva de Morón. En distritos como San Martín, Merlo, Ituzaingó y Hurlingham, los equipos económicos municipales siguen de cerca la evolución de la coparticipación y los giros provinciales. La caída de la actividad económica redujo la recaudación propia, mientras que los costos de servicios e insumos se dispararon. En ese marco, los intendentes buscan evitar tensiones con los salarios, pero reconocen que los recursos para nuevas obras son cada vez más escasos.

En este contexto, la estrategia común es mostrarse activos en la gestión cotidiana y mantener el contacto permanente con la Provincia para asegurar fondos que permitan sostener la gobernabilidad local. “No se trata de frenar todo, sino de priorizar lo urgente”, señalan desde un municipio del corredor norte.

El caso de Morón funciona como ejemplo: Ghi, alineado con la conducción provincial, intenta equilibrar la interna local y al mismo tiempo garantizar recursos para cerrar el año sin sobresaltos. Su diálogo con Catalán refleja la dinámica que se repite en otros distritos, donde los intendentes esperan señales claras de La Plata para planificar el último trimestre.

Aunque los intendentes aseguran que los salarios mensuales están casi garantizados, en varios despachos municipales reconocen que diciembre aparece como un punto crítico por el pago del medio aguinaldo. La combinación de caída de la recaudación y mayores demandas sociales obliga a mirar con cautela ese horizonte. “No queremos llegar a fin de año con sobresaltos en los sueldos”, admiten en voz baja, mientras esperan que la Provincia defina un esquema de asistencia que despeje cualquier incertidumbre.

La Primera Sección, central en términos electorales y de peso territorial, se convirtió así en un escenario donde la política y la economía se entrelazan. Los intendentes saben que el humor social depende en gran medida de sostener salarios y servicios, y que la obra pública, aunque relegada, sigue siendo un pilar central de gestión.

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