Tigre: un nuevo revés judicial golpea a Zamora y complica su margen político tras la derrota electoral

El intendente de Tigre, Julio Zamora, atraviesa uno de los momentos más delicados de su carrera política. A la reciente derrota electoral —donde quedó relegado al tercer lugar en su propio distrito— y al papelón de su fallida candidatura a senador provincial, se suma ahora un revés judicial de alto impacto simbólico y territorial: la suspensión de las obras en el predio de La Bota, un emprendimiento que contaba con aval municipal y que fue frenado por la Justicia a partir de denuncias vecinales y ambientales.

Región 15/10/2025
Tigre un nuevo revés judicial golpea a Zamora y complica su margen político tras la derrota electoral

El fallo no solo detiene un proyecto urbanístico, sino que expone la fragilidad de la agenda de gestión de Zamora, que enfrenta crecientes dificultades para imponer iniciativas en un contexto de pérdida de legitimidad. En el plano local, la oposición y los movimientos sociales encuentran en cada traspié del Ejecutivo municipal una oportunidad para cuestionar la falta de planificación y la desconexión con las demandas del territorio.

En términos políticos, el intendente queda atrapado en una dinámica compleja: con menor respaldo electoral, con su proyección provincial frustrada y con un Concejo Deliberante más fragmentado, cada medida de gobierno se convierte en un campo de discusión. La narrativa de “revés tras revés” erosiona su capacidad de liderazgo y lo obliga a replegarse a la gestión cotidiana, sin margen para grandes apuestas estratégicas. Mientras tanto, en la oposición peronista y libertaria, algunos ya se imaginan en el sillón municipal, y tienen ganas de ponerse el traje de candidato a intendente. 

El caso de La Bota, además, pone en evidencia un punto sensible: la tensión entre desarrollo inmobiliario, intereses empresariales y demandas ambientales. En un distrito donde el capital político se construye en la cercanía con los vecinos, el fallo judicial refuerza la percepción de que Zamora perdió el pulso del territorio.

De esta manera, el intendente enfrenta un escenario en el que su principal desafío ya no es crecer políticamente, sino sostener la gobernabilidad en el pago chico. Cada traspié judicial o electoral se convierte en un recordatorio de que su margen de maniobra se achica, y que la construcción de poder en Tigre ya no depende solo de su figura, sino de la capacidad de recomponer alianzas y recuperar credibilidad frente a una sociedad que le dio la espalda en las urnas.

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