Graciela Spada: el legado de una dirigente que convirtió la solidaridad en proyecto colectivo

La militante matancera construyó una trayectoria marcada por el servicio público, el acompañamiento territorial y la defensa de los derechos sociales, un compromiso que recientemente fue reconocido por el Senado de la Nación.

Cultura 15/11/2025
La Primera Graciela Spada

Por Florencia Belén Mogno

 

A lo largo de la historia reciente de La Matanza, las experiencias comunitarias surgidas desde los barrios se transformaron en pilares esenciales para sostener redes solidarias y fortalecer la identidad colectiva. 

 

En ese entramado social, fueron muchas las mujeres que asumieron la tarea de enfrentar las urgencias cotidianas, acompañar a los vecinos y organizar respuestas frente a contextos atravesados por la crisis económica y la desigualdad.

 

En ese marco se inscribe la figura de Graciela Mirta Spada, una referente local que unió su sensibilidad en el trabajo comunitario con el compromiso político y cuya trayectoria fue recientemente distinguida por el Senado de la Nación, en reconocimiento a décadas de labor social y gremial.

 

Un recorrido que dejó huellas

 

Nacida en la localidad de Ciudad Evita, Spada construyó su camino desde los primeros años de la dictadura, cuando acompañó a familias de barrios vulnerables en medio de un clima de temor y persecución. Allí comenzó una práctica social que se sostuvo durante toda su vida: trabajar junto a quienes más dificultades enfrentaban y responder a las necesidades del territorio con organización, escucha y presencia.

 

Con la vuelta de la democracia, su tarea se profundizó a través de la colaboración con Cáritas en los comedores comunitarios de su localidad. Aquellos espacios se convirtieron en núcleos de contención y alimentación para cientos de familias, y en puntos de encuentro para fortalecer vínculos en tiempos de reconstrucción social.

 

Desde su unidad básica impulsó diferentes iniciativas orientadas al bienestar comunitario. Una de las más significativas fue el programa de turismo social, mediante el cual miles de niños, niñas y personas mayores del distrito pudieron viajar por primera vez a destinos como Chapadmalal y Embalse Río Tercero. 

 

El acompañamiento a las personas mayores también ocupó un lugar central en su labor al promover actividades recreativas y viajes que fortalecieron la inclusión y la participación de este sector de la comunidad.

 

Una vida guiada por la militancia

 

Por otro lado, el deporte fue otro de los ejes de su gestión territorial. Con la convicción de que la actividad física ofrece contención social y emocional para la juventud, Spada promovió competencias y encuentros deportivos vinculados a los Campeonatos Evita, con el propósito de que las infancias encontraran allí un espacio de pertenencia y desarrollo.

 

A estas acciones se sumaron campañas sanitarias —vacunación, controles de salud y seguimiento escolar— además de la distribución gratuita de medicamentos, resultado de la articulación de redes comunitarias orientadas a mejorar la calidad de vida de los vecinos.

 

En tanto en el plano institucional, Spada fue electa concejala del Partido de La Matanza. Desde ese rol encabezó la Comisión de Interpretación y Reglamento y ocupó la vicepresidencia de la Comisión de Cultura, impulsando iniciativas que reforzaron los vínculos entre el municipio, las bibliotecas y el Congreso de la Nación. Su trabajo legislativo incluyó la colaboración con el diputado Lorenzo Pepe, figura clave en la articulación con las Bibliotecas del Congreso.

 

Historia, identidad y justicia social

 

Otro de los espacios centrales de su militancia fue la Fundación Eva Perón – Delegación Ciudad Evita, que presidió con el objetivo de recuperar la tradición solidaria del justicialismo y promover la educación popular. 

 

Desde esta institución, la referente social impulsó programas de asistencia y proyectos destinados a mantener viva la memoria histórica de una localidad estrechamente vinculada al peronismo.

 

Entre sus logros más destacados figura la propuesta que dio origen a la ley que declaró a Ciudad Evita como Lugar Histórico Nacional, un reconocimiento único a nivel mundial para una localidad creada especialmente para trabajadores y trabajadoras en el marco de las políticas de justicia social del Estado.

 

Por otra parte, en el plano gremial, Spada participó activamente en organizaciones como APL (Asociación del Personal Legislativo) y APES, además de integrar la CGT La Matanza y las 62 Organizaciones Peronistas. En esos ámbitos defendió los derechos laborales, la igualdad y la unidad del movimiento obrero.

 

Con una mirada humana y una práctica orientada al bienestar colectivo, Graciela Spada dejó un legado que continúa presente en La Matanza. Su nombre sigue asociado a la empatía, la solidaridad y la lucha cotidiana por un distrito más justo e inclusivo.

 

Fuente fotografías: organización reconocimiento a Graciela Spada. 

 

 

 

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