Almirante Brown: Afiliados y trabajadores denuncian vaciamiento y precarización en la Clínica Espora

La reciente ola de despidos masivos en la Clínica Espora ha dejado a la comunidad sanitaria y a los trabajadores de la salud en estado de alerta. En el ojo de la tormenta se encuentra Alejandro Poli, flamante dueño de la prestigiosa institución, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Remís y Autos al Instante de la Provincia de Buenos Aires (SURyA), y titular de la cuestionada Federación de Remiseros.

Política 04/02/2025
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Por Agustín Ochoa Ortega. 

 

La década del '90 en Argentina representa un periodo crucial en la historia económica y social del país, marcado de manera significativa por las presidencias de Carlos Saúl Menem. Bajo su gobierno, la implementación de profundas reformas no solo transformó la estructura económica, sino que también generó cambios radicales en diversos ámbitos, siendo el sistema de salud uno de los más impactados. Las políticas de privatización, desregulación y mercantilización han dejado huellas visibles hasta la actualidad, creando un entramado complicado que sigue afectando a los argentinos.

 Una de las creencias fundamentales que sustentaron estas reformas era la idea de que un sistema de salud centralizado resultaba "imposible" y "ineficiente". Esta percepción promovió un giro hacia la fragmentación del sistema sanitario, lo que se tradujo en la apertura de un mercado de salud, donde cada establecimiento debía autofinanciarse. La creación, en 1995, del sistema de hospitales de autogestión ejemplifica esta transformación.  Bajo este modelo, cada institución debía generar sus propios ingresos a través de obras sociales y empresas de medicina prepaga, introduciendo así la práctica de cobrar a quienes pudieran permitírselo. Esta medida, aunque presentada como una opción viable, acentuó las desigualdades en el acceso a la atención médica y generó una mayor fragmentación y descoordinación.

 

 Hoy, a tres décadas de la implementación de estas políticas, el impacto se observa de manera palpable en instituciones emblemáticas del sistema de salud. La Clínica Espora de Adrogué, un renombrado centro médico, de Almirante Brown atraviesa un momento de crisis. Recientemente, se denunciaron despidos masivos de profesionales con larga trayectoria, lo que plantea serias interrogantes sobre la calidad de la atención médica que podrán ofrecer. Estos despidos no solo afectan la estabilidad laboral de los trabajadores, sino que también erosionan la confianza de los pacientes en la atención sanitaria. 

 

Las dificultades que enfrenta la Clínica Espora son un reflejo del estado del sistema de salud en su conjunto. La escasa disponibilidad de turnos es una muestra clara de los efectos adversos de la fragmentación y la falta de recursos. Desde fuentes cercanas al establecimiento, se ha alertado sobre una creciente ola de despidos, argumentando que esta situación es consecuencia de la actual crisis económica del país. Además, se ha reportado un ambiente laboral de constante temor, donde los trabajadores se ven presionados a firmar documentos que restringen su libertad de expresión bajo la amenaza de despidos.

 

 Los testimonios de ese grupo de afiliados y trabajadores son desalentadores: "No le pagan los sueldos. Les dijeron a los trabajadores que recién en abril les pagarán la mitad del aguinaldo correspondiente al mes de diciembre del 2024. Están amenazados, nadie puede brindar información al respecto. En la actualidad, la Clínica es un sindicato venido abajo y está muy deteriorada. No tiene el nivel de excelencia de antes. No hay insumos en los quirófanos y las guardias están rebalsadas". 

 

La reciente compra de la Clínica Espora por parte de Alejandro Poli, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Remises y Autos al Instante (SURyA), complica aún más el panorama. La adquisición ha suscitado dudas sobre la dirección y el propósito de la misma, ya que muchos consideran que se asocia más a intereses corporativos que al bienestar sanitario de la comunidad. Acusaciones de irregularidades surgieron, señalando a Enrique Álvarez como el responsable de la situación, tras haber vendido la clínica a Poli sin que los propietarios tuvieran conocimiento de las implicaciones de la transacción. 

“Vinieron para quebrar la clínica”, denunciaron los afiliados ante nuestro medio y explicaron: “PAMI te transfiere un monto predeterminado. Cuando un sanatorio no puede brindar un servicio, se deriva a otra clínica. Entonces lo que hacen es derivar esas atenciones a otros sanatorios de su propia gestión y así cobran los rechazos conformados. Es decir, cobran la prestación más cara”.  

 

 Alejandro Poli, reciente propietario de la Clínica Espora, se encuentra en el centro de un torbellino mediático y legal tras la denuncia de irregularidades en el proceso de afiliación de aproximadamente 400 personas, quienes habrían utilizado documentos de identidad falsos. Además, su sindicato está bajo la lupa de las autoridades. 

 

 A su vez, este grupo de afiliados y trabajadores señalaron ante nuestro medio la necesidad de investigar la tramitación del seguro de caución que facilitó la adquisición de la clínica por un monto de 2.500.000 dólares, a ser pagados en cuotas. Otro aspecto que complica aún más la situación es la posible motivación política detrás de la gestión de Poli. Esto se debe a su posible confrontación con Mayra Mendoza para ser intendente de Quilmes en el 20027. Desde las fuentes sospechan que su accionar en la clínica podría estar articulado dentro de un plan más amplio de desmantelamiento de la institución, de igual modo, sostienen que su vinculación al peronismo y sindicalismo es cuestionable. Es que su trayectoria es absolutamente flexible: se define peronista con diálogo con el Frente de Todos, el PRO y con La Libertad Avanza, de una enigmática figura que de pasar de un opaco rol manejando un auto de alquiler del Conurbano, algunos años más tarde comanda un imperio, cuestionado desde diversos ámbitos. Un claro ejemplo de rápida movilidad social ascendente. 

 

 En tanto, el Sindicato de la Sanidad se mantiene en silencio, muchos han cuestionado su rol en la protección de los derechos laborales. "En vez de proteger a los trabajadores, el gremio no hace nada y se mantiene ajeno a lo que está ocurriendo en la clínica. Son cómplices de esta locura", aseguran fuentes cercanas a la situación. Este reproche ante la inacción del sindicato pone de manifiesto una tensión inquietante en la relación entre los derechos de los trabajadores y la defensa de la salud pública.

 

 En conclusión, la situación en la Clínica Espora es solo un ejemplo de los problemas más amplios que enfrenta el sistema de salud argentino, problemas que son herederos directos de las reformas de los años noventa. Hoy, la fragmentación del sistema ha llevado a un acceso desigual a los servicios de salud y a una atención que, en muchos casos, resulta insuficiente. Este contexto exige una reflexión profunda sobre cómo se han estructurado nuestros sistemas de organización y financiamiento en salud.

 

 La urgencia de un cambio real se hace evidente. Es fundamental promover un debate que considere la salud pública como un bien común, lejos de los intereses individuales y del mercado. La búsqueda de un futuro mejor debe incluir también un examen crítico del modelo vigente, con el objetivo de trabajar hacia una integración que garantice el acceso equitativo a los servicios de salud para toda la población.

 

 Solo revalorizando la salud como un derecho humano y un bien colectivo podremos imaginar un sistema efectivo que funcione para el bienestar de todos los argentinos. La situación actual no únicamente señala un fallo en el sistema; también representa una oportunidad histórica para redefinir nuestras prioridades y construir un entorno sanitario más justo y solidario. En la Clínica Espora continúa el conflicto ya que al momento de publicarse esta nota se notificó el nuevo despido de más de 20 profesionales de la salud. ¿Qué pasa con la efectora de salud privada otrora más importante de Almirante Brown? Todo marcha sobre ruedas, al parecer.

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