Zeke Wilki: la voz que vino a despertar las conciencias en la música

Ante el próximo lanzamiento de su single "Soy un Capo" y con "El Poder del Humedal" ya en plataformas, el músico rioplatense habló con Grupo Mediatres acerca de su historia y su música.

Cultura 18/06/2025
ZEKE WILKI 4

Por Florencia Belén Mogno. 

 

 

La música popular latinoamericana constituye una fuente de propuestas que no solo buscan entretener, sino también interpelar. En un panorama independiente cada vez más diverso, el arte sonoro se convierte en vehículo de denuncia, transformación y reflexión colectiva. El cuerpo vibra, pero también se sacude; el oído disfruta, pero la conciencia no se adormece. Y en ese punto donde el goce se cruza con la incomodidad, aparece una zona fértil para nuevas formas de expresión.

El lenguaje musical se expande para dar cuenta de realidades urgentes. Las narrativas espirituales posmodernas, las contradicciones del ego y la amenaza constante sobre los territorios naturales son algunos de los ejes que artistas emergentes comienzan a poner en juego sin medias tintas. 

En ese cruce vital entre lo rítmico y lo político, Zeke Wilki se posiciona como una de las voces más activas del ecosistema musical independiente. En diálogo con Grupo Mediatres, el cantautor y artivista anticipó detalles de su próximo lanzamiento “Soy un Capo” y también profundizó en las características de su último single, “El Poder del Humedal”. 

Zeke Wilki es un cantautor, performer y artivista rioplatense cuya música se caracteriza por fusionar ritmos criollos y sudamericanos con otros géneros como el rock y el funk, a través de conceptos y letras trabajados en detalles y con melodías que se quedan instaladas en los oídos. 

Aires frescos en la escena musical 

En principio y anticipándonos a su lanzamiento, ¿cómo fue el proceso de composición y de realización de la canción Soy un Capo? ¿Y cómo venís trabajando en todo lo que se estructura alrededor de esta canción?

 

Z.W: Lo que ha guiado el nacimiento de esta canción en particular es el humor, porque todo nace de un meme que nos compartimos alguna vez con Rodri (Granzella) y con Rami (Kowalski). El meme decía: "ya me liberé del ego, soy un capo", y una persona como meditando. El concepto nace de ahí, nos pareció muy gracioso. Pero de eso no dijimos: "bueno, vamos a hacer una canción", pero quedó ahí. Y en lo musical, recuerdo estar en una juntada con amigos y agarré una guitarra y empecé a jugar con un riff que apareció solo, pero sin la búsqueda de decir: "acá puede aparecer una canción", sino porque me divertía. Sentía que tenía algo especial y que, cuando me ponía a tocar eso, algo pasaba. Y en un momento, jugando con esa frase del meme, se le metí a ese riff y calzaron muy bien, y ahí apareció ese estribillo con ese riff muy pegadizo. Yo vivía en el Delta, para 2021 o 2022, y estando  en una casita en el Delta se me apareció muy claro el concepto. 

 

¿Cómo fue para vos, mientras estabas solo componiendo Soy un Capo, encontrar el equilibrio justo entre el humor que querías plasmar y la crítica que la canción representa?

 

Z.W: Cuando yo tengo un concepto claro se me empiezan a acomodar las ideas y las palabras fluyen. Y ahí el concepto fue decir “tiene que ser con ironía, con autorreferencia, narrar un viaje de liberación, de autodescubrimiento", y que el clímax sea lo más irónico y absurdo que puede ser. Me pareció una buena jugada criticar todo lo que tiene que ver con esta espiritualidad de cotillón, de shopping, donde pareciera que se trata de acumular prácticas y terapias y meditaciones y de esa manera se llega a la iluminación. Y siempre la idea fue marcada también por la idea de un viaje y ahí como que aparece lo autorreferencial. Yo viajé mucho por Sudamérica, en una búsqueda de profundidad realmente, y de conectar con culturas ancestrales. Y me parecía que la narrativa del viaje iba muy bien. 

 

En esa línea, ¿cómo surge o cómo se da la inspiración en vos para componer, en consideración también de lo que es “Soy Un Capo”?

 

Z.W: Siento que fue algo que se fue como autobalanceando la creación y la narrativa misma de la canción. La letra salió medio de un tirón cuando la compuse y para mí fue muy importante tener ese orden que me daba la narrativa del viaje, entonces empecé por una idea de mencionar terapias y prácticas que quizás pueden ser más practicadas en la ciudad, y tener como esa primera instancia de "ya me liberé" y decir: "ah no, todavía no" entonces voy un paso más allá y me embarco a esto que cuenta la canción de irse a los confines del mundo para ir más a lo profundo, y tomas de ayahuasca y lo amazónico y lo tántrico de la India así que era jugar con eso y con el humor. Y en cuanto al concepto de lo musical, cuando empezamos a trabajar con Rodri, también todo fue muy guiado por esta narrativa. Después de haber compuesto esa canción, se la mostré a Rodri, le pareció una genialidad, muy ingeniosa, y nos pusimos a maquetearla. También sucedió algo muy fluido, como que la creación a través de esto fue siempre con mucho flow y salió muy rápido. La maqueteamos en una noche y ya empezamos a grabar instrumentos. Después de eso, de tenerla lista, teníamos otras canciones que también eran muy buenas, pero sabíamos que esta tenía una potencia muy especial y sabíamos que había algo ahí muy poderoso. De ahí la estrategia integral de lanzamientos que se fue estructurando  para llegar al lanzamiento de "Soy un Capo" Empezamos a jugar con ideas, y a ir por los contenidos de redes sociales, por lo analógico, con cartelería en calle, una página web, memes, presentaciones en vivo, y abarcar varios planos estratégicamente, para que vaya diversificándose la llegada y la expansión de esta canción. Y siempre todo muy autogestionado

 

Antes mencionaste un viaje y tu residencia en el Delta, ¿qué representó toda esta experiencia en tu creación musical?

 

Z.W: Ese momento fue un momento muy importante, un momento de pandemia, un momento de habitar el Delta después de estar viajando un año y medio por Sudamérica de manera muy rudimentaria y tomando contacto con comunidades originarias, con unas culturas muy, muy milenarias y formas de vida muy conectadas. Volver en el medio de la pandemia y asentarme en el Delta, viviendo de una manera muy deseada con esto de buscar una conexión con lo natural de manera muy directa. Ahí fue cuando empezaron a tomar forma, con esqueleto, con cuerpo y con mucha conciencia, las canciones. Cuando salí de viaje me propuse vivir del arte, de la música. Hasta ese momento hacía teatro, escribía mucha poesía, con mucha conciencia y sobre temas que realmente me interpelaban. Me conecté mucho con la música de mi tierra mientras me nutría de otros ritmos y músicas de los distintos lugares por donde caminaba. Todo eso empieza como a asentarse en el momento en que yo me asiento en el Delta con una guitarra, con mucho tiempo para hacer cosas, sin una búsqueda específica sino conectar.

Encontré que la música era la plataforma perfecta para compartir ideas y que no quede en el plano de lo intelectual, porque lo que me inspira y me divierte mucho de la poesía es que se puede recibir de diversas formas, no sólo desde lo intelectual y me parece que cuando se fusiona con la música, tiene todavía más potencia. 

 

Desde tu lugar como artista, ¿de qué manera considerás que la música puede contribuir a tomar conciencia o a reflexionar sobre temas que en lo cotidiano no se suelen analizar en profundidad?

 

Z.W: El arte en general, para mí, tiene una cualidad muy potente que nos hace mover, nos hace poder descubrir la realidad a través de múltiples lentes. Y la música en particular tiene algo que para mí es muy misterioso, y me encanta que así sea. Eso del sonido, de los ritmos, de la armonía, de la melodía, que es algo tan ancestral, que nos conecta tanto con una forma de comunicación muy primitiva y que se ha transformado a través de la historia, pero que sigue teniendo esa potencia, esa cualidad que es capaz de movilizar desde el alma, el espíritu, el corazón, la mente, el cuerpo. Lo siento como algo que nos conecta con una sensibilidad y con algo muy profundo de nuestra esencia y del gran misterio. A mí me estimula volver a traer esa potencia que trae desde la incomodidad, el arte. 

 

Y en ese sentido, ¿qué sentís que la música te ha permitido redescubrir de vos como artista y como persona, especialmente después de tu experiencia de aislamiento en el Delta y considerando tu historial artístico previo vinculado al teatro?

 

Z.W: Es difícil sintetizarlo y quizás mencionarlo con claridad. Para mí está muy alineado esto que te digo del misterio, de algo que es difícil explicar desde la lógica. Tiene que ver con algo más de la expresión del subconsciente. La música y la melodía tocan unas fibras que a veces son muy subconscientes, y el lanzarme a jugar con algo que desde la técnica quizás no domino del todo, como es la ejecución de un instrumento, pero sí con la intuición muy despierta, toca cosas muy sensibles que no sé cómo explicarlas. Hay algo ahí que me genera mucho entusiasmo y el misterio me llama a seguir buceando, indagando. 

 

Por otra parte y vinculado a tu historia,  ¿cómo surgió tu vínculo con la música?

 

Z.W: Desde muy chico siempre me gustó escuchar mucha música y diversa música. Uno de chico escucha generalmente la música que escuchan las personas cercanas, y en mi caso tenía mucha diversidad cerca porque iba mucho a la casa de mis abuelos. En la casa de mi abuela paterna, por ejemplo, ella siempre estaba escuchando Los Beatles, Led Zeppelin, Rolling Stones, Pink Floyd, The Who. A mi mamá le gustaba mucho Queen, y con mi abuela materna escuchaba a Sandro, por ejemplo, y también era algo que me encantaba. De alguna manera jugaba a imitarlo. Y por mi lado, ya con más conciencia, empecé a escuchar mucho rock nacional, sobre todo. A los nueve años, un profesor de música nos hacía cantar canciones de Charly García, de Los Abuelos de la Nada. Mi papá me encontró un día cantando esas canciones y me dijo: "¿Dónde escuchaste eso?". Le conté y me regaló un CD que yo me la pasaba escuchando en el Discman. Después fui expandiendo esos horizontes y cuando empecé a estudiar teatro a los 15 años, de alguna manera lo musical siempre me llamaba también a jugar. Y justo antes de salir de viaje, yo venía laburando mucho con el teatro en los subtes, teatro callejero, y me parecía que viajando iba a tener más opciones haciendo música y ahí mi abuelo me compró mi primera guitarra, y aprendí un par de acordes, un par de canciones, y me mandé a jugar. 

 

A lo largo de tu trayectoria, tu trabajo musical se desarrolló de manera independiente, ¿cómo ha sido esta experiencia?

 

Z.W: La experiencia que venimos explorando en estos años, así, con la autogestión, trae mucho aprendizaje. Yo siempre destaco eso: mucho aprendizaje, y la posibilidad de involucrarte en el proyecto de una manera profunda, íntegra, observando muchos detalles. Y que todo eso, en lugar de distraerte del foco principal —que puede llegar a ser la composición y la parte artística de la música— lo complementa, para mí. Porque uno robustece el proyecto a través de todas las miradas que uno cubre siendo independiente. Entonces, para mí eso es muy provechoso. Nosotros somos tres, principalmente, los que estamos gestionando: Rodri, Rami y yo y la verdad es que le metemos mucho tiempo, mucha energía, mucha dedicación, mucha cabeza, mucho cuerpo, sabiendo y confiando también que la inversión que se hace —de tiempo, energía y dinero— es una inversión primero en lo que amamos. Y de eso no me arrepiento en lo absoluto de hacerlo porque es lo que me hace bien, lo que me gusta y lo que nos nutre. Y el objetivo principal no es hacernos millonarios, sino simplemente que el proyecto siga andando, se pueda autofinanciar y que nosotros podamos dedicarnos 100% al proyecto. 

 

Por último, ¿qué novedades traerá el proyecto de Zeke Wilki?

 

Z.W: Lo que se viene es el lanzamiento de “Soy Un Capo”, que es un temón que tenemos muchas ganas de que salga. Lo venimos preparando hace un montón. Sentimos que para nosotros es un momento muy importante este lanzamiento, por eso le metimos mucho tiempo, mucha energía, mucho recurso. Hicimos un videoclip además de que la canción es muy potente, el videoclip complementa mucho la propuesta artística y lo eleva. Así que se viene con todo y la intención es seguir presentándonos a partir de hoy muchas veces, que es lo que más queremos: para compartir la música, para que se expanda.

 

Para escuchar a Zeke Wilki 

 

Links Oficiales:

 

Spotify - Zeke Wilki

https://open.spotify.com/intl-es/artist/7Lt4Ye71anJynKRtXG0sl1

 

YouTube - Canal oficial

https://www.youtube.com/@ZekeWilki

 

Linktree

https://linktr.ee/zekewilki 

https://Soyuncapo.com

 

 

Fuente fotografías: Zeke Wilki. 

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