Al servicio del Rey: Milei nombró a una fanática atlantista para dirigir la secretaría de Malvinas

Los traspiés geopolíticos de las relaciones internacionales siguen día a día. A las zonceras permanentes de Mondino, se suma la designación de una intelectual orgánica fanática de la globalización y de los vínculos argentinos con EEUU, Reino Unido e Israel para dirigir la secretaría de Malvinas, repitiendo como con Foradori, el esquema de poner “zorros a cuidar las gallinas”

Política 12/01/2024
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Por Descartes

De la misma forma en que “de un burro, solo se puede esperar una patada”, de un Gobierno cuya política exterior está basada en la genuflexión ante la agenda del mercado global y de las potencias occidentales encabezadas por el trío EEUU, Reino Unido e Israel, no se podía esperar una defensa de la soberanía nacional en los legítimos reclamos por las Islas Malvinas, Sándwich del Sur, Georgias del Sur y el espació oceánico usurpado por Gran Bretaña desde 1833.

Es sabido que Milei no cree en los países y solo cree en la asociación de los individuos vía mercado, es la misma forma en la que piensa la canciller Diana Mondino: el único problema es que ambos representan a un (todavía) Estado Nación.

 La ex funcionaria macrista, Paola Di Chiaro, asumió oficialmente la secretaria de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur. Di Chiaro es una mujer formada: es licenciada en Ciencias Políticas de la UBA y diplomada en Relaciones Internacionales en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Esta especializa además en asuntos militares.

 Pero, también es miembro de la Fundación Pensar, una usina de pensamiento, que crea propuestas para Mauricio Macri, de tendencia liberal en lo económico, fuertemente crítica a los subsidios a los servicios públicos por ejemplo y gran parte de los impulsores del modelo “en la misma dirección, pero más rápido”, que anunció Macri, y ahora retoma Milei. Salvo. que sospechosamente. el expresidente está hoy mucho más vinculado con la vice actual Vicky Villarruel, a quien ve más sólida que al aleonado mandatario (Y que además está callada sacándose fotos en cuarteles).

 Di Chiaro, que no es “de carrera” en la diplomacia, preside además una organización llamada Argentina Global, otra usina de pensamiento, pero está vez siendo ella la “dueña del rancho”. Es una organización de tendencia globalista y liberal, cuyo objetivo es aportar ideas estratégicas para insertar a Argentina al concierto de naciones.

 Esta entidad fluctúa inteligentemente entre ambas tendencias globalistas: por un lado, apoya la agenda 2030, en temas de sustentabilidad, reducir la huella de carbón y otras estrategias de “ola verde”, mostrando un perfil “progresista”, con fuertes críticas a la producción de energía nuclear salvo, en lo que se refiere a las novedosas invenciones de Nucleoeléctrica Argentina CAREM de reactores de baja potencia, siempre y cuando estén abiertos a los capitales extranjeros y no nacionales, mucho menos públicos.

 Por otro lado, promueve la integración comercial, con un fuerte lobby en temas de seguridad colaborando con empresas del sector dedicadas a medidas de control biométrico, Big Data y Data Fabric mediante Inteligencia Artificial aplicada a la gobernanza de un país.  Eufemismo, de neolengua para referirse a tareas de inteligencia de grandes masas de datos de gestión y población como así también brindar servicios de seguridad cibernética. En este aspecto, la Fundación promueve una línea dura de seguridad, mucho más conservadora. Control social y seguridad, se llevan bien a la hora de hacer negocios.

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Paola Di Chiaro reedita "Dios salve al Rey"

 Las ideas no se matan, las defecciones sí

Fue notoria la influencia que tuvo sobre Di Chiaro en la transición desde el triunfo de Milei hasta estos días, Carlos Foradori, secretario de Relaciones Exteriores de la gestión Macri, el cual firmó el nefasto acuerdo con el ministro de Estado para Europa y las Américas del Reino Unido, Alan Duncan. Este generó un escándalo político porque Argentina garantizó varias cuestiones al Reino Unido, como la remoción de todos los obstáculos para el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas.

 El documento realizaba concesiones a los intereses británicos respecto de la explotación de los recursos naturales argentinos en la región y retrocedía notablemente en el justo reclamo por soberanía.

 En cuanto a los vuelos, el comunicado detallaba que las partes “acordaron que serían establecidas conexiones aéreas adicionales entre las Islas Malvinas y terceros países”.

 Ninguno de los históricos reclamos argentinos estuvo presente en el texto, como así tampoco menciona la base militar que existe en la zona de paz y cooperación del Atlántico Sur. En definitiva, apertura de negocios para Reino Unido, buen diálogo y poca defensa de los intereses nacionales.

 En definitiva, Foradori había firmado la entrega de la soberanía nacional a cambio de obtener beneficios de revincular al país con Reino Unido, pasando un límite que ni siquiera los funcionarios de la “Década Infame”, alcanzaron a traspasar. Para colmo y como simple dato de color, “Carlitos” fue invitado a la selecta bodega de la Embajada del Reino Unido, donde fue invitado a hacer “fondo blanco” con la degustación de buenos “elisires” diría Coco Basile, de whiskies exclusivos escoceses que terminaron con el funcionario muy acalorado y arrastrando las palabras.

 La versión oficial de que está vinculación Foradori-Di Chiaro fue solo de consulta, fue desmentida por Guillermo Carmona, secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas desde 2021, en el gobierno peronista anterior sobre lo cual expresó: “durante el macrismo, el comunicado conjunto del 13 de septiembre de 2016, conocido como pacto Foradori-Duncan, debilitó la posición argentina, cediendo todo lo que el gobierno británico pretendía y quedando la cuestión de la soberanía postergada y como un mero ejercicio retórico” y agregó “el gobierno británico obtuvo de Macri concesiones que lo pusieron en una zona de confort respecto de la cuestión Malvinas”. Carmona, expresó que lo que se negoció fue retomar el esquema de pacto con Duncan, “in totum”. Algo a lo cual Di Charo accedió, mechando con matices propios.

 Finalmente agregó que “advertimos durante toda la campaña electoral, Milei asumió la estratégia británica como propia hacia el Atlántico Sur, responde a los lineamientos del Foreign Office, se viene otro nefasto acuerdo lamentable para los intereses de los argentinos”.

 En los hechos reales, la presencia de Paola Di Chiaro, una mujer de tendencia atlantista, es decir siendo una ferviente creyente de que el apoyo de una estrecha relación entre la América Anglosajona y Europa con respecto a cuestiones políticas, económicas y de defensa, podría asegurar ventajas para el país. El único problema es que esas potencias cierran sus mercados y protegen los propios. Porque el valor agregado siempre quieren mantenerlo dentro de su ejido.  

 “La interdependencia es un hecho irreversible”, aseguró Di Chiaro, en torno a las relaciones internacionales en un programa organizado por el CEPI.

 Su presencia en la estratégica área de Malvinas que tiene influencia en el Océano Atlántico Sur y sus inmensos recursos naturales viene de la mano de una política de diálogo y concesiones promovidas por Milei y a la generación de negocios a partir de las políticas de Estado, privilegiando empresas extranjeras pero sin tener en cuenta que una parte de nuestro territorio se encuentra usurpado y ocupado por Reino Unido, quien ha desarrollado una base militar de envergadura en las Islas y donde ha trasladado submarinos y otras naves con capacidad nuclear.

Todo esto, en una atmósfera eléctrica, cargada con el antecedente del la desaparición y hundimiento de la última capacidad estratégica, que era el submarino ARA San Juan, durante el Gobierno de Macri, en circunstancias poco claras: ¿Se rompió una escotilla que afectó las baterías de la nave?, o ¿En realidad se trato de otra clase de incidente que permitió terminar con esa herramienta clave para defender nuestra soberanía? Jamás quedará claro.

 Los abuelos gauchos siempre decían que “no se puede poner al zorro a cuidar las gallinas”. ¿Es lo que pasará con la política de Malvinas? Creemos que la presencia de una persona que responde al interés de las potencias atlantistas no puede estar a cargo de la defensa soberana.

 Es que rendir pleitesía al Rey, teniendo organizaciones de interes, llamadas ONG, suele pagar más a nivel internacional a nivel subsidios para proyectos y abrir puertas para formar parte de la vieja máquina de prestigio anglosajona, que la patriada de defender el interés nacional, que siempre fue considerado por la vieja estructura colonizada de la dirigencia argentina, poco más que una grasada.

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