La empresa que produce el Mantecol suspendió trabajadores de su planta en San Fernando

Por Rodrigo Lescano

Ya son casi 250 los afectados en lo que va del año. La empresa se justifica por la caída de las ventas, pero los trabajadores denuncian que sigue reportando crecimiento gracias a nuevas innovaciones y un aumento en las exportaciones.

Trabajar en Georgalos implica usar guantes, protectores auditivos, batas y cofias para no contaminar las 29 toneladas de maní que se transformarán en el icónico Mantecol. También consiste en procesar toneladas de jarabe que darán origen a casi dos millones de Palitos de la Selva en un solo día.  Sin embargo, la dulzura del ambiente puede contrastar con amargas novedades. 49 obreros de la planta de Victoria fueron suspendidos este lunes, sumándose a los casi 250 trabajadores que esta empresa de capitales argentinos ha afectado por suspensiones a lo largo del año

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Las suspensiones fueron acordadas en julio de este año entre la parte empresarial y sindical con la homologación del Ministerio de Trabajo bonaerense. Tienen una duración de 15 días y pueden extenderse o renovarse a diferentes sectores de la fábrica.  La firma presidida por Miguel Zonnaras solo pagará el 75 por ciento de los salarios brutos y no abonará las cargas sociales.

El acuerdo se dio en el marco del artículo 223 bis de la Ley de Contrato de Trabajo que establece que, por razones de fuerza mayor o falta de trabajo, un empleador puede solicitar las suspensiones. Grupo Media Tres tuvo acceso al acta firmada y la empresa propietaria de marcas como Cereal Flow, Toddy, Bazooka, Flynn Paff y Lengüetazo argumentó que tomaron esta medida por “la delicada situación económica provocada por la crisis económica y financiera que recorre el país” y con el fin de “preservar las fuentes de trabajo y la continuidad de la compañía”.

La primera tanda de suspensiones fue rechazada por los trabajadores reunidos en asamblea ante la falta de justificativos por parte de la empresa. Sin embargo, el sindicato y los delegados desoyeron este mandato y acordaron con Georgalos. Las siguientes suspensiones fueron acordadas por una nueva comisión interna, la cual las aceptó porque se le ofreció efectivizar contratados. Entre los suspendidos, hay obreros con fueros gremiales y licencias médicas

Los trabajadores desmienten que haya alguna crisis. Tomás Suárez, obrero de la planta Victoria y referente de la agrupación Bordó, sostuvo para este medio que la compañía “nunca demostró en números cuál era su caída en venta”. El operario que forma parte de la oposición a la conducción de Rodolfo Daer en el sindicato de la alimentación, confirmó que Georgalos “está innovando en productos nuevos” y  tiene “un alza importante de ventas por las próximas festividades”. A su vez, afirmó que “están ganando fortuna” gracias a las exportaciones y reveló que esta planea adquirir una nueva fábrica.

Estas posiciones están avaladas por las últimas declaraciones que realizó Guillermo Rimoldi, CEO de Georgalos, para un ciclo de podcast de La Nación en septiembre. Allí el empresario confirmó que “la caída en el consumo empezó a revertirse en junio” y que la desaceleración de la inflación provocó que sus proveedores bajen los precios y puedan “bonificar sus productos en el mercado”. Por otro lado, la baja en las tasas de interés impacta positivamente en los precios.

 Por su parte, Miguel Zonnaras, presidente de la empresa y miembro de la UIA, expresó para Perfil que están realizando una estrategia para posicionar sus marcas en el mundo. Sus exportaciones van desde países limítrofes hasta Estados Unidos, China Europa e Israel. “Siempre estamos analizando lanzar nuevos productos, no podemos parar”, agregó. Actualmente, Georgalos tiene más de 2000 empleados en sus plantas de La Rioja, San Luis, Córdoba y Buenos Aires, con 2 centros de distribución.

Diego Siani, compañero de agrupación de Suárez, remarcó que la firma debe abrir sus libros contables y, en el caso de que existiese la crisis, debe reducir la jornada laboral sin afectar el salario y dejando libres los fines de semana.

Trabajar más

La faltante de trabajadores en la planta provoca una sobrecarga de tareas. El Sindicato de Trabajadores de la Industria Alimenticias (STIA) envió el pasado 11 de noviembre una carta al ministro de trabajo bonaerense Walter Correa para denunciar que las suspensiones trajeron “un sistema desordenado en el aspecto productivo” porque se obliga a trasladar personal de otros sectores para suplir los cargos que faltan, lo cual provoca un “profundo malestar en los trabajadores”. La carta, que está firmada por Daer, sostiene además que el personal jerárquico obliga a los operarios a realizar tareas que no están que no están contempladas en el Convenio Colectivo de Trabajo (polifuncionalidad).

Para Suárez, estas acciones son una “forma de lavarse la cara” para el sindicato, ya que no pueden esconder el carácter fraudulento de las suspensiones. En ese sentido, remarcó que los trabajadores no deben pagar las consecuencias de las crisis empresarias y llamó a que los delegados “organicen asambleas y a tomen medidas de lucha para hacer frente a esta situación”.  “Si dejamos que las suspensiones avancen, la empresa tendrá más fuerza para despedir compañeros, flexibilizar a quienes ingresen y eliminar derechos”, finalizó.