Trabajadores de Morvillo ocupan la fábrica tras su quiebra

El cierre de esta gráfica histórica de Avellaneda ha dejado a cientos de empleados en una situación de incertidumbre. Tras 10 días de ocupación pacífica, los trabajadores luchan por la continuidad de la planta y la protección de sus fuentes de trabajo

Región 07/03/2025
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Por Rodrigo Lescano

 

Un mensaje de Whatsapp le arruinó la noche del martes 26 de febrero a 250 operarios de la gráfica Anselmo Morvillo.  “Con una tristeza difícil de describir, tenemos que contarles que ya no podemos seguir adelante” fueron las palabras expresadas por el Directorio de la empresa para anunciar el cierre de su planta ubicada en Av. Francisco Pienovi 317, Avellaneda.

El chat de la comisión interna, liderada por la agrupación Naranja del Partido Obrero, estalló. Los delegados llamaron a los representantes de esta firma y no los atendieron. La quiebra era un hecho y la incertidumbre no dejaba dormir a nadie.

Solo quedó una cosa por hacer. “Frente a esta situación, nos concentramos en la puerta de la fábrica, logramos entrar y  tomar posición de nuestro lugar de trabajo”, comentó Sebastián Rodríguez, delegado de Morvillo, para Grupo Media 3. De esa manera, comenzó una permanencia pacífica de la fábrica que ya lleva diez días.  El objetivo de la medida ha sido custodiar no sólo los inmuebles, sino también las fuentes de trabajo.

 

Los obreros amanecieron al día siguiente en la planta que supo producir catálogos para Avon y revistas como Noticias y Caras. El silencio de las máquinas es tan fuerte como la ausencia del personal jerárquico y administrativo. No hay vigiladores ni tampoco empleados de limpieza. Ahora son los gráficos quienes controlan el ingreso y la salida del establecimiento.  

 

La patronal seguía sin atender los teléfonos y los únicos en llegar eran trabajadores de otras fábricas y agrupaciones político-sociales que se acercaron a brindar su solidaridad. Lo único que supieron de esta firma - que obtuvo la distinción de  “Líder Gráfico de las Américas 2002″, entregado por la Printing Association of Florida en los Estados Unidos- fue que ese miércoles habían presentado formalmente en la Justicia el pedido de quiebra. 

 

“Morvillo no se presentó a las audiencias en el Ministerio de Trabajo bonaerense. Está absolutamente desaparecida. Se dictó una conciliación obligatoria que nunca la cumplió. El pasado viernes la Cámara de Apelación aceptó su pedido de quiebra”, aclaró el representante de los trabajadores.

 

Por qué cerró Morvillo

 

Morvillo fue fundada hace más de 50 años y  se ubicó en el podio de las mejores empresas del mercado. En sus talleres se imprimieron folletos comerciales —más de la mitad de la producción—, revistas y fascículos, junto con servicios asociados como embolsado, acondicionamiento e insertado. Los clientes incluían empresas de cosmética, diarios, editoriales, hipermercados y cadenas de electrodomésticos.

 

Con su cierre, su época de exportación a Uruguay, a Chile y a Brasil a fines de la década de 1990 y de incorporación de tecnología de punta solo son anécdotas. En un comunicado, la compañía argumentó que el quiebre se debió a “la reducción del 63% del volumen” de producción, la caída de varios clientes importantes, la escalada de precios de los insumos y la exigencia de pago anticipado del papel. “En medio de este complicadísimo contexto, Avon, que representa más de la mitad de nuestro trabajo, dejó de imprimir catálogos y mudó su comercialización a internet. Esto nos dejó en una situación económica y financiera terminal”, sumaron.

 

Morvillo compartió el mismo destino que sus competidoras AGR e IPESA. Son parte de un panorama complejo de la industria gráfica. El auge de los formatos digitales, la reorganización de los mercados y las últimas políticas libertarias han profundizado el derrumbe de la rama editorial, obligando a numerosos talleres a bajar sus persianas. 

 

Graficar la crisis implica analizar dos aristas. Por un lado, la situación económica no ha sido nada favorable para este sector. Según datos del INDEC, el rubro "Edición e impresiones" registró una caída del 0,3% en diciembre de 2024 y una contracción del 12,4% en el acumulado anual, operando apenas al 48% de su capacidad productiva. A su vez, en enero de 2025, los precios mayoristas aumentaron un 1,5% en comparación con el mes anterior y acumularon una suba interanual del 43,8%, lo que encareció los costos de producción del sector y disminuyó su rentabilidad.

 

Por otro lado, este retroceso productivo se tradujo en la implementación de reducciones de planteles, aumento de la flexibilidad laboral y ataques a la organización de base. Son medidas que las empresas toman gracias a la reforma laboral de la Ley Bases y el silencio de las conducciones sindicales. 

 

Los obreros de Morvillo sostienen que todos esos factores son ajenos a su responsabilidad y que son las principales víctimas de esta situación. "Somos casi 250 familias que estamos en la calle. Los trabajadores que estamos acá tenemos un promedio superior a los 30 años de antigüedad. Hay compañeros que están quedando en la calle con tratamientos médicos complejos y con cargas de familia, totalmente a la deriva y abandonados por esta situación. En su momento, se trabajaba 24 horas, 7 días a la semana. Morvillo se benefició durante años con miles y miles de pesos generados por nuestro trabajo”, agregó el delegado Rodríguez.

 

Cómo seguirá el conflicto

 

Los operarios de Morvillo fueron a su sindicato, la Federación Gráfica Bonaerense (FGB), a buscar apoyo. Participaron el pasado viernes de un plenario de delegados y allí otra persiana se les cerró en la cara. Sus pedidos de paro de una hora por turno en todos los talleres, movilización y que ninguna planta imprima los trabajos que ellos realizaban no hicieron eco en este gremio ligado al kirchnerismo. Es el costo que pagaron tras dos décadas de construcción de una organización gremial independiente de los gobiernos y de la dirigencia sindical. “Ni un paquete de yerba han traído a la ocupación”, sumó el delegado. 

 

Bajo la lluvia torrencial del pasado domingo, los trabajadores decidieron convocar a un plenario de agrupaciones para sumar fuerzas y convocar para el miércoles de la semana que viene una movilización a la sede de la UIA. En una conferencia de prensa realizada este jueves, Rodríguez, opositor a la conducción de Héctor Amichetti en la FGB, sostuvo: “Queremos hacer un llamado a la CGT y a la CTA para que se sumen a esta lucha y dejen de negociar con el gobierno algún tipo de ajuste”.

 

 

Los días transcurren en Morvillo y la permanencia continúa. Se formaron comisiones para las diversas tareas, entre ellas de familiares de los obreros en lucha. Las banderas en apoyo a los trabajadores se extienden a lo largo de la fachada del taller. La circulación de delegaciones obreras es constante y se difundió un fondo de lucha para que los operarios no sean ganados por las necesidades económicas.

 

Esperan la respuesta del síndico, quien les avisará si la quiebra es con o sin continuidad. En el caso de que ocurra la primera, acorde a la ley 24.522, otra empresa podría comprarla o los obreros podrían formar una cooperativa. En el otro, se liquidará todo el patrimonio (maquinarias, inmuebles, cuentas bancarias) para pagar a los acreedores, entre los cuales, los despedidos tendrían un lugar privilegiado.

 

Sea cual fuera el camino que se tome, la voluntad de lucha no se quiebra. “Nuestra permanencia en el taller es en defensa de la fuente laboral y de todos nuestros derechos adquiridos. Con esta decisión vamos a sentarnos a tratar de entablar un diálogo, una negociación con el técnico de la causa”, confirmó Rodríguez.

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