El expediente por la estafa del token presidencial, que el gobierno buscaba cerrar, fue trasladado al juzgado de Marcelo Martínez de Giorgi y se unificó con otra causa que apunta a Karina Milei por coimas. La Justicia le envía un mensaje directo a la Casa Rosada: ya no tiene blindaje en Comodoro Py.
Actualidad18/09/2025
Comodoro Py le suelta la mano al Presidente
El elefante judicial se mueve lento, pero cuando lo hace temblar la tierra. Eso sintió la Casa Rosada al recibir la noticia: la causa por la estafa del token $Libra no solo no se archiva, sino que cambia de juez y se potencia.
El magistrado Ariel Lijo, que subrogaba a María Servini, declaró su incompetencia y mandó el expediente al juzgado de Marcelo Martínez de Giorgi, donde ya tramita otra investigación por cohecho y negociaciones incompatibles con nombre propio: Karina Milei.
El dato es político antes que jurídico: Comodoro Py no quiso cerrar la causa, a pesar de los deseos del oficialismo y de la pasividad del fiscal Eduardo Taiano. El mensaje es claro: Milei ya no cuenta con la cobertura total de Retiro. Y en tiempos de caída en encuestas y derrotas legislativas, la señal duele doble.
El fin del blindaje
Hasta esta semana, había dos expedientes separados: uno por la estafa del token, donde aparecía Javier Milei y empresarios cripto, y otro que mencionaba a Karina por supuestos sobornos a cambio de reuniones en la Rosada. Ahora, ambas historias se investigarán en conjunto.
Lijo habló de “mancomunidad probatoria y de personas imputadas”, pero entre líneas se lee otra cosa: los jueces prefieren mantener la causa activa y tenerla lista para cuando convenga moverla.
El fiscal Taiano había demorado medidas elementales como el secuestro de celulares o el rastreo de billeteras virtuales. Incluso su hijo fue nombrado en un cargo creado por el gobierno en 2024, detalle que alimentaba la sospecha de condescendencia. Sin embargo, la jugada de Lijo lo dejó en offside: la investigación no se cierra y seguirá en manos de un magistrado con fama de serio y tiempista.
Karina en el centro de la denuncia
La unificación arrastra de lleno a Karina Milei. En la denuncia original que maneja Martínez de Giorgi hay menciones directas a la secretaria general de la Presidencia: chats filtrados de los criptoempresarios donde se hablaba de pagos a su nombre para conseguir tuits, reuniones y favores. El más brutal fue el del fantasma Hayden Davis: “Le envío $$ a su hermana y él firma lo que digo y hace lo que quiero. Una puta locura”.
Con este cambio, los ojos estarán sobre la hermana presidencial. Si antes el caso Libra era apenas una mancha molesta en la botonera libertaria, ahora se convierte en un riesgo político real. Y en Py nadie descarta que la causa avance justo cuando el gobierno atraviesa su peor momento de imagen y gobernabilidad.
Política y timing
En Comodoro Py no se pisan los callos. Servini había peleado meses atrás para quedarse con el expediente y sacarlo de San Isidro. Ahora, con licencia, fue Lijo —casualmente el mismo que sonó como candidato de Milei a la Corte Suprema— quien cedió el control a su colega.
Nadie se arriesga a tomar decisiones terminales cuando el clima político está cargado. Prefieren guardar la causa, mantenerla viva y esperar el momento de apretar el acelerador.
La jugada tiene un efecto inmediato: descoloca al gobierno, que contaba con el cierre rápido y el relato de que todo era “una operación”. En cambio, el oficialismo se enfrenta a una Justicia que le recuerda su autonomía.
Y para Milei, que basa su legitimidad en el discurso de la motosierra contra la “casta”, es una paradoja incómoda: el poder judicial que antes parecía un aliado ahora lo observa con desconfianza.
Fuerza de elefante, paciencia de araña
El caso Libra revela cómo funciona el verdadero poder en Argentina. El Congreso puede golpear, la calle puede marchar, pero Comodoro Py decide cuándo acelerar y cuándo frenar. No le importa el ruido mediático ni los tuits presidenciales: su lógica es otra, la del elefante que nada olvida y mantiene su fuerza y la paciencia de las arañas para esperar un movimiento para sacudir la selva.
Hoy, dejó claro que Milei y Karina ya no tienen blindaje. El expediente sigue abierto, unificado y con olor a pólvora. Y la política sabe leer el mensaje: la Justicia se guarda las cartas, pero las tiene en la mano.
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