
El titular de la cartera laboral bonaerense se mostró optimista frente a la movilización que exigirá en el Congreso la marcha atrás de los vetos del presidente Milei al financiamiento universitario y la emergencia pediátrica.
La reciente idea, manifestada por el gobierno nacional con motivo de los hechos de Rosario, de hacer intervenir a las FFAA en seguridad interior y ayudar a reprimir el delito, es una idea que debe desecharse pues no se corresponde con el objetivo de las fuerzas.
Política 27/03/2024Por Amado Brancatti
Primero, cabe aclarar que las FFAA ya tienen algunas facultades en materia seguridad interior: proveer de apoyo logístico, equipamiento y municiones a las fuerzas de seguridad (FFSS), así como tienen la facultad de combate directo cuando las FFSS resulten desbordadas al intentar neutralizar una amenaza. En este último caso, antes debería declararse el estado de sitio a través del Congreso. Por supuesto, las FFAA también pueden combatir en el caso de ataque directo a sus establecimientos.
Entonces, ¿qué es lo que busca el gobierno nacional? Se ha hablado de aumentar la capacidad de intervención para combatir la ahora denominada formalmente “criminalidad organizada”. El cambio con relación al abordaje de la seguridad ya comenzó en diciembre, ni bien asumido el nuevo gobierno, cuando se cambió el nombre de la otrora Unidad Fiscal de Secuestros Extorsivos, para llamarla Unidad Fiscal de Crimen Organizado (UFECO).
A esto súmense las declaraciones del actual ministro de defensa, Luis Petri, en el sentido de abordar la defensa desde una perspectiva que busque neutralizar “amenazas transnacionales”, porque según él “ya no se avizoran hipótesis de conflicto de origen externo”.
¿Qué tendríamos como resultado? Una integración de ambas fuerzas para combatir el narcotráfico, el contrabando, la trata de blancas e incluso los desastres naturales. Mínimo curioso, teniendo en cuenta que Argentina ya tiene parte de su territorio ocupado por otro Estado, el Reino Unido de la Gran Bretaña, y se denuncian constantemente acciones depredadoras de diversos países de nuestras riquezas marítimas.
Queda claro que se complementan entonces las declaraciones de Petri y de la ministra de seguridad Patricia Bullrich: se trataría de integrar FFAA y FFSS para abocarlas a combatir delitos hoy tenidos como objeto de la seguridad interior. Esto es un grave error. Las FFAA y las FFSS tienen objetivos distintos: Las primeras tienen por objeto la defensa de la Nación frente a agresiones externas, están orientadas a la guerra por lo que la característica esencial de su armamento es su letalidad.
En el caso de las FFSS, están orientadas a la represión del delito en materia de seguridad interior, por lo que su equipamiento solo en última instancia y como excepción debe ser letal.
Los antiguos enseñaban “distinguir para unir”. Es cierto que hay amenazas de difícil abordaje porque traspasan las fronteras y delitos cuyas expresiones no respetan nuestras rígidas declaraciones legales sobre lo que es seguridad y defensa.
Pero la perspectiva del actual gobierno parece subordinar en definitiva a ambas fuerzas al concepto de seguridad interior, en un país con territorio ocupado, reconocida depredación de su mar y en el contexto de un mundo cada vez más inestable donde las políticas de poder han vuelto con toda su brutalidad. Y no es transformado a las FFAA en policías más pesadas el modo en que podremos prepararnos para esos escenarios.
El titular de la cartera laboral bonaerense se mostró optimista frente a la movilización que exigirá en el Congreso la marcha atrás de los vetos del presidente Milei al financiamiento universitario y la emergencia pediátrica.
El intendente de Esteban Echeverría y candidato a diputado nacional recorrió Mar del Plata, se reunió con empresarios, gremios y pymes, y desplegó su estrategia de campaña por Unión Federal: peronismo clásico, foco en la producción y una alternativa al péndulo de los extremos.
El Gobierno anunció partidas más altas en pesos para universidades, ciencia y fuerzas armadas. Pero con inflación de fondo y recortes legales, el Presupuesto 2026 confirma un achique histórico: inversión educativa en mínimos de 20 años, laboratorios desfinanciados y un ejército con salarios por debajo de la pobreza.
El Presidente defendió el equilibrio fiscal como único norte, pero lo hizo sin gritos ni furia, con un tono apagado que refleja debilidad política tras la derrota bonaerense. Mauricio Macri aprovechó la escena: el PRO apoyó el Presupuesto y marcó el primer paso hacia la anexión política de un gobierno exhausto.
Las elecciones del 7 de septiembre marcaron un punto de inflexión en la política local.
En medio de una sesión del Concejo Deliberante, el legislador moronense Ariel Aguilera del bloque Todo por Argentina tiró con munición gruesa contra sus pares libertarios. Los acusó de buscar hacerle “una jugada política” y de no querer “defender a la gente”.
La tradicional Noche de la Pizza y la Empanada tendrá una nueva edición este martes 16 de septiembre, con promociones especiales en cientos de locales gastronómicos de todo el país, incluyendo la zona norte del Gran Buenos Aires.
El intendente Menéndez sigue escapándose de las responsabilidades que tiene y organizó un nuevo viaje de placer para esquiar con una delegación de amigos en la ciudad de Ushuaia, en Tierra del Fuego.
Junto a Luis Caputo, el intendente entregará un complejo del Procrear al sector privado y dinamita el sueño de la vivienda social. La oposición denuncia proyectos inmobiliarios sin acompañamiento de la comunidad local.
El Gobierno anunció partidas más altas en pesos para universidades, ciencia y fuerzas armadas. Pero con inflación de fondo y recortes legales, el Presupuesto 2026 confirma un achique histórico: inversión educativa en mínimos de 20 años, laboratorios desfinanciados y un ejército con salarios por debajo de la pobreza.
El Ejecutivo anunció la venta del 44% de Nucleoeléctrica Argentina, operadora de Atucha I, Atucha II y Embalse. Una compañía sin déficit, clave en proyectos de avanzada mundial, será entregada al capital privado en nombre del equilibrio fiscal.