Los videojuegos también se hacen en Provincia

Indie Dev 2025 reunió a más de 2.000 personas en la Casa de la Provincia con desarrolladores de San Fernando, Quilmes, Tandil y Bahía Blanca. Un encuentro que muestra que la industria gamer también habla en bonaerense.

Región 22/07/2025
NOTA 1

Si hay algo que nos enseñó el presente es que el futuro no se espera: se programa. Y eso lo entendieron perfectamente quienes durante el fin de semana se adueñaron de la Casa de la Provincia para mostrar que los videojuegos también pueden tener tonada del conurbano, de la costa atlántica o de la sierra tandilense. Indie Dev 2025 fue más que una muestra: fue una señal.

Mientras muchos todavía piensan que la industria gamer es cosa de Silicon Valley, un puñado de jóvenes de San Fernando, Quilmes, Bahía Blanca y Tandil pusieron sus juegos en las pantallas y sus sueños en el mapa. Durante dos días, más de 2.000 personas recorrieron el hall, probaron juegos en desarrollo, escucharon paneles con especialistas internacionales y tejieron redes reales, de esas que no se caen si se corta el WiFi.

Fueron 20 videojuegos presentados y 12 paneles, pero lo más valioso no fue la cantidad, sino la calidad del deseo que circulaba. La devoción por lo que todavía no está terminado, pero vibra. Por esas historias que se programan con la lógica de quien hace algo más que entretenimiento: hace identidad, hace comunidad, hace industria.

El evento contó con la participación de autoridades del gobierno provincial, universidades, actores financieros como Banco Provincia Microcréditos, y equipos técnicos que no solo fueron a aplaudir, sino a pensar con ellos cómo acompañar un sector que ya no es hobby: es producción, es futuro, es posibilidad concreta de trabajo calificado en la Provincia de Buenos Aires.

 

Juegos que no se juegan: se construyen

Los videojuegos son el lenguaje narrativo y estético más poderoso del siglo XXI. Y no es casual que sus protagonistas ya no estén solo en oficinas con aire acondicionado y nombres en inglés, sino también en casas humildes, universidades públicas y polos productivos distribuidos por el interior de la provincia.

San Fernando llevó desarrolladores que trabajan con narrativa expandida. Quilmes presentó una demo sobre identidad barrial con arte pixelado. Desde Bahía Blanca, una cooperativa universitaria mostró cómo se puede diseñar en comunidad. Y Tandil llevó un motor gráfico propio desarrollado por estudiantes de programación.

La diversidad no era sólo geográfica: era estética, técnica, política. Porque hacer videojuegos hoy es también una manera de contar lo que nos pasa, lo que soñamos, lo que no nos gusta. Y cuando ese hacer viene desde los márgenes, desde la Provincia más populosa y desigual del país, cobra un valor estratégico.

A veces, entre tanta macro, tanta crisis y tanta mezquindad, nos olvidamos de mirar donde florece lo nuevo. Indie Dev 2025 no fue una feria para pasar el rato: fue una afirmación cultural y productiva. Una forma de decir “acá estamos” con joystick en mano, teclado bajo el brazo y una cabeza que ya no pide permiso: diseña.

En un país donde todo parece a punto de estallar, hay juventudes que construyen futuro a fuerza de píxeles, algoritmos y mucho amor. No es casual que el evento haya sucedido en la Casa de la Provincia. Es una declaración política: los videojuegos no son un lujo del norte global. Son una industria bonaerense en crecimiento, con identidad propia.

Y mientras algunos todavía discuten si los videojuegos son “cultura”, en los pasillos de la Casa de la Provincia se cocinaban mundos, se discutían lógicas, se tejían redes que dan trabajo y dignidad. No con discursos, sino con proyectos. Con pantallas que muestran lo que somos, lo que podríamos ser. Y lo que ya estamos siendo.

Porque donde hay talento, hay que poner política. Y donde hay deseo de crear, hay que apostar fuerte. Así se programa el futuro. Desde la Provincia. Con glitter, con garra, con joystick. Y con código abierto para soñar.

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