Pilar: despidos masivos en histórica fábrica de porcelanato

Se trata de ILVA. 500 familias sin ingresos, una planta paralizada y un conflicto abierto que mezcla bronca, incertidumbre y resistencia.

Región 03/09/2025
Pilar despidos masivos en histórica fábrica de porcelanato

El nombre ILVA dejó de ser sinónimo de diseño, vanguardia y tecnología en porcelanatos esmaltados para convertirse en una postal de la crisis argentina. Desde el viernes pasado, sus 500 trabajadores de la planta del Parque Industrial de Pilar ya no mezclan arcilla ni minerales… Hoy mastican bronca por haberse quedado en la calle.

“La notificación llegó a través de un canal interno de la empresa. Decía que, por la situación económica y la imposibilidad de pagar materia prima, los turnos no debían presentarse a trabajar. El objetivo era que no quedará nadie en la planta”, contó a La Primera Jonathan Noble, delegado ceramista.

Entre lunes y martes comenzaron a llegar los telegramas: 300 operarios de producción y 200 empleados de áreas administrativas y comerciales. La firma se amparó en el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo, que permite reducir las indemnizaciones hasta un 50% en casos de fuerza mayor.

“Entré a los 19 años y hoy tengo 40. Sabemos lo difícil que es reinsertarse en el mercado laboral. Reclamamos la reincorporación y, si no, que paguen lo que corresponde. Hasta ahora no depositaron nada, ni siquiera la quincena”, denunció Noble.

Desde entonces, solo quedan portones cerrados con candados y un guardia privado. Afuera, los ceramistas sostienen un acampe y una vigilia para evitar que retiren la maquinaria. “El lunes teníamos audiencia en el Ministerio de Pilar, pero la patronal no se presentó. Se reprogramó para el jueves, pero ya adelantaron que tampoco irán si no es virtual”, señaló el delegado.

Una crisis poco creíble

Los despidos masivos en ILVA no se dieron espontáneamente. Desde mayo, la empresa propiedad de las familias Zanón y Bocci acordó con el gremio un esquema de suspensiones por la caída de las ventas. Ese acuerdo implicaba una reducción al 80% del salario y la prohibición de despidos.

A lo largo de estos meses, la ceramista intentó iniciar un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) en Provincia y Nación, pero no prosperó. “En esas reuniones nunca presentaron balances ni documentación. Al contrario, en la planta veíamos lo opuesto: compraban maquinaria nueva, hornos, prensas gigantes. No había ninguna crisis real”, comentó el delegado.

“Lo que buscaban con el PPC era habilitar despidos con el artículo 247, cambios de turnos de 4x4 a 6x1, reducción de personal a la mitad y quitar ítems salariales como antigüedad, tickets y bonos. Querían una ‘renovación’ de la planta con personal nuevo, bajo condiciones peores: sueldo básico, más horas, menos beneficios y hasta exigir que cada trabajador tuviera vehículo propio, porque eliminarían los viáticos”, finalizó Noble.

Para los trabajadores, no se trata de una quiebra ni de un cierre definitivo. Fue una decisión empresarial para despedir masivamente, reducir costos y reabrir con personal precarizado. Una postal más de la crisis, escrita esta vez en porcelanato.

 


 

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