
Mientras Milei refuerza su alineamiento con Donald Trump, los principales grupos empresarios advirtieron en el Coloquio de IDEA que la economía argentina no puede darse el lujo de cerrar la puerta al mayor mercado del mundo.
Desde cierta perspectiva, leer podría parecer el acto más sencillo del mundo. Aun con ser uno de los frutos más complejos y refinados del proceso civilizatorio, leer puede tener al menos en un primer acercamiento una cierta imagen de facilidad.
Actualidad08/02/2024Si no, ¿por qué incluso los niños aprenden a hacerlo desde edades tempranas o, en el otro extremo, ancianos que fueron toda su vida analfabetas pueden igualmente conseguirlo?
En efecto, pasar los ojos por las palabras escritas y entenderlas, tanto una a una como en el sentido que forman reunidas de acuerdo con reglas determinadas, parece tan sencillo que no sólo no lo olvidamos una vez que aprendemos a hacerlo, sino que además lo hacemos todos los días, en ocasiones incluso mecánicamente, tan fundamental como se volvieron tanto la escritura como la lectura en la vida común del ser humano.
¿Qué pasa, sin embargo, cuando un texto va más allá de eso? Es decir, ¿qué pasa cuando el sentido de un texto no está únicamente en aquel que ofrece la comprensión inmediata de las palabras que lo integran? Y además, ¿dónde está ese “más allá” y cómo se llega ahí? ¿Cómo se le reconoce?
Entre otras cuestiones, estas preguntas apuntan a un tipo de lectura que para fines de economía de este texto podría considerarse “lectura activa”, si bien ese adjetivo no es su única cualidad (y quizá ni siquiera la más característica).
Al menos en principio, una receta médica o el instructivo para armar un mueble supone un tipo de lectura sólo “pragmática” (aunque, en un ejercicio de imaginación, podríamos pensar en cómo sería o qué resultaría de una lectura “creativa” de ese tipo de documentos).
En cambio, un texto literario, filosófico, científico u otro parecido requiere ser leído de una cierta manera para acceder a su mensaje. O mensajes, pues también hay casos en los que un texto no tiene un único sentido. ¿Quién podría decir, por ejemplo, de qué tratan específicamente libros como En busca del tiempo perdido o el Ulysses? ¿Esos libros son su “tema” general o sus temas específicos? ¿O son las historias de los personajes que narran? ¿Son la técnica narrativa depurada que despliegan? ¿Sus reflexiones acaso?
No parece exagerado decir que la lectura de textos de ese tipo sólo es posible con la participación del lector o, mejor dicho, con su colaboración, pues la lectura activa implica el trabajo del lector, un “manos a la obra”, en un sentido casi literal de la expresión. Se trata de una lectura en donde se combinan la interrogación, la curiosidad, la espontaneidad, la imaginación, la memoria y otros aspectos a la vez subjetivos, intelectuales y creativos de quien lee.
Un ejemplo un tanto radical de esa forma de lectura se encuentra La Mano de la Buena Fortuna, novela del escritor serbio Goran Petrović publicada en su lengua original en 2005 y publicada en español por la editorial mexicana Sexto Piso al año siguiente. En ella, un peculiar y un tanto enigmático ejemplar que lleva por título "Mi legado" (un libro dentro del libro) se descubre en la narración como una suerte de mundo alterno cuya puerta de entrada es el acto de leer. En otras palabras, a algunos de los personajes de la novela les basta tomar el libro y comenzar a leerlo para entrar repentinamente y casi como por arte de magia a esa otra realidad.
En La Mano de la Buena Fortuna, Petrović llevó el acto de la lectura a una “segunda potencia”, por así decirlo o, visto de otro modo, convirtió en literatura el acto de leer. Un movimiento profundamente creativo realizado sobre la actividad más obvia para los lectores.
Como los mejores magos, Petrović realizó el mejor de sus trucos con la materia que estaba a la vista de todos. Además, como si con ello arribara a la última frontera de la literatura en sí, que después de haber explorado todos los territorios de lo humano —el amor, la muerte, la memoria, la embriaguez, el dolor, la enfermedad, la traición, el mal, el aburrimiento, el viaje, la soledad, la alegría, la fiesta, la locura, el devenir histórico, la inteligencia, el miedo, la seducción, la carnalidad, la continencia, la belleza y un larguísimo etcétera—, se cerrara sobre el acto a la vez fundamental y mínimo que dio origen a su vasto universo: el acto un poco sencillo, un poco misterioso, siempre abierto, de leer.
Mientras Milei refuerza su alineamiento con Donald Trump, los principales grupos empresarios advirtieron en el Coloquio de IDEA que la economía argentina no puede darse el lujo de cerrar la puerta al mayor mercado del mundo.
El uso de la capacidad instalada cayó al 59,4 %, su nivel más bajo en dos años. Las manufacturas trabajan con casi la mitad de sus máquinas paradas. La economía financiera sigue girando, pero la industria —que sostiene empleo y consumo— se hunde en recesión.
Los alimentos suben entre 2 % y 4 % en las primeras semanas del mes y la incertidumbre cambiaria reaviva la tensión. La caída del consumo ya no alcanza para contener las remarcaciones: el fracaso del plan económico y la duda sobre la ayuda de Washington comienzan a trasladarse a precios.
Ni la intervención directa del Tesoro de Estados Unidos logró sostener la confianza en la deuda local. El Gobierno liberó más de dos billones de pesos que podrían volcarse al mercado cambiario y presionar el tipo de cambio.
Con la recaudación desplomada y el gasto atado a leyes indexadas, el gobierno de Javier Milei enfrenta el límite estructural de su propio experimento. Aunque promete alivio con fondos de Washington, la realidad fiscal lo obliga a un recorte feroz.
Viajaron más turistas que el año pasado, aunque permanecieron menos tiempo para ajustar el gasto sin resignar consumos. El buen clima, las reservas de último momento, la cercanía del verano y la necesidad de descanso, después de muchas semanas sin un fin de semana largo, impulsaron el movimiento.
La droguería Suizo Argentina lidera la facturación del Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad. En simultáneo, el IOSFA tomó un préstamo interno de $40.000 millones. Los números encajan demasiado bien. No hay denuncia formal, pero la lupa política apunta directo a Luis Petri.
Presentado como “justicia salarial”, el beneficio del Banco Nación reintegra el 100% de las compras hechas con BNA+ MODO a los trabajadores de Anses, hasta un tope de 500 mil pesos. El guiño llega tras meses de recortes y despidos en el organismo y a solo días de la votación.
La ciudad del árbol es pionera en articular lo público con lo privado en lo empresarial. Basta recordar la leche con marca Marcos Paz que se extendió en toda la región por su bajo precio y de una muy buena calidad.
La interna en Morón continúa al rojo vivo, después de la tregua que significó la lista de unidad con la que el peronismo se impuso el pasado 7 septiembre, la interna entre el intendente Lucas Ghi y su padre político, Martín Sabattella, sigue su curso.
Seis de cada diez personas usan la tarjeta de crédito para comprar lo esencial. El 69% de los hogares reconoce que sus ingresos no alcanzan y más de la mitad se endeudó en el último año para llegar a fin de mes. La inflación se desacelera en los números, pero en la calle la economía respira con deuda.