
Este 24 de agosto, la leyenda del humor argentino estaría cumpliendo 92 años.
La hiperconexión no nos une, nos dispersa. Mientras las redes imponen un régimen de afectos acelerados y rendimiento sin pausa, se debilitan los vínculos que nos permiten existir como comunidad. ¿Cómo volver a una diferencia que no aísla, sino que aporta?
Cultura 17/07/2025Por Camila Roncal · Especialista en Filosofía y Sociedad
Singularidad, comunidad y subjetividad digital
Byung-Chul Han lo advirtió: no estamos agotados por otros, sino por nosotros mismos. Esa sentencia, simple y brutal, da en el núcleo de un malestar contemporáneo que se disfraza de libertad, pero opera como una forma sofisticada de sometimiento. No hay látigos, hay métricas; no hay cárceles, hay pantallas. Y lo que parecía un ecosistema para expandirnos como individuos únicos —la era digital— ha devenido en un régimen que captura la singularidad y la desactiva en un mar de exposición, ansiedad, sobreinformación y falsa cercanía.
Hoy la comunidad no desaparece por un acto de violencia frontal, sino por desgaste. Los vínculos sociales no se cortan, se diluyen. Se simulan interacciones, se multiplican emojis, se comparte compulsivamente, pero se escucha poco y se está menos. El cuerpo queda fuera. La voz se aplana en texto. La diferencia se convierte en algoritmo. Y la singularidad —esa cualidad irrepetible que cada uno porta como don y potencia para aportar al todo— se degrada en marca personal, en performatividad constante. En “contenido”.
La comunidad como territorio erosionado
La comunidad, en el sentido fuerte, no es una suma de individuos que coinciden. Es un tejido que se construye desde la diferencia y se mantiene por vínculos que no siempre son visibles, pero que sostienen. Es la capacidad de estar con otros sin disolverse, de aportar sin competir, de resonar sin mimetizarse. Sin embargo, el sujeto contemporáneo, moldeado por lógicas de rendimiento, visibilidad y afectación permanente, ha sido despojado de esas herramientas.
Byung-Chul Han lo analiza con claridad en La sociedad del cansancio y en La expulsión de lo distinto: vivimos en una cultura que rechaza la alteridad, que no tolera el silencio, que castiga la negatividad. Todo debe ser positivo, disponible, veloz, agradable. El sujeto que no se muestra, no existe. El que no rinde, no sirve. El que no se emociona públicamente, no pertenece. En esa lógica, lo comunitario se vuelve amenaza: puede incomodar, ralentizar, exigir reciprocidad.
La emotividad digital, como lo expone Han en Infocracia, captura al individuo en un torbellino de estímulos constantes donde el juicio cede ante el impacto. No hay tiempo para elaborar, ni para entender al otro. Las emociones no nos acercan, nos polarizan. Nos reafirman frente a los nuestros y nos endurecen frente a los otros. La conversación es reemplazada por reacciones. El lazo se sustituye por la afinidad algorítmica.
Singularidad o narcisismo: una diferencia vital
Una de las confusiones más peligrosas de esta época es la que equipara singularidad con individualismo. Pero ser singular no es encerrarse en uno mismo, sino ser capaz de expresar una diferencia viva, creativa, que aporte algo al mundo común. Es, como diría Simone Weil, tener una orientación hacia la realidad del otro sin renunciar a lo que uno es. Es cuidar el propio tono, sin afinarse por miedo a desafinar.
El narcisismo, por el contrario, opera como trampa: simula autenticidad, pero la esteriliza. Solo busca el reflejo, no el vínculo. En un ecosistema donde todos luchan por ser vistos, el resultado no es una polifonía de voces, sino una competencia ensordecedora. Como decía Baudrillard, no es que ya no haya verdad: es que hay exceso de imágenes, demasiada presencia. Lo singular no tiene lugar porque no tiene tiempo para madurar. Porque requiere escucha, y la escucha hoy es un lujo.
Frente a esto, algunos pensadores —como Hartmut Rosa con su “aceleración social” o Zygmunt Bauman con su “modernidad líquida”— ya venían marcando el terreno: lo que se debilita no es solo el lazo, sino también la experiencia. Lo que se pierde no es solo comunidad, sino mundo. El yo se vuelve centro de una escena sin trama, sin otro verdadero con quien tramar. Y eso nos deja, paradójicamente, infinitamente conectados pero radicalmente solos.
Del cansancio a la reconstrucción
Entonces, ¿qué hacer? ¿Cómo recuperar lo singular sin caer en el aislamiento? ¿Cómo rehacer comunidad en un mundo que la desarma con cada clic? Han no propone soluciones fáciles. Pero su defensa de la pausa, del silencio, de la negatividad como forma de resistencia, abre una vía: no todo debe ser dicho, ni todo sentido debe ser inmediato. Recuperar espacios de opacidad, de lentitud, de anonimato, puede ser un primer paso para reconstruir lo común.
No se trata de renegar de la tecnología ni de idealizar un pasado comunitario. Se trata de frenar el envión del presente. De volver a escuchar. De dejar de hablar para ser escuchados y empezar a hablar para ser entendidos. De permitir que la diferencia no sea un dato de mercado, sino una fuerza de encuentro.
Lo singular no es lo excéntrico, ni lo viral, ni lo que sobresale. Es lo que aporta. Lo que encuentra su lugar en un conjunto sin disolverse. Para que eso ocurra, hace falta más que pantallas. Hace falta comunidad. No la que “parece”, sino la que sostiene.
Este 24 de agosto, la leyenda del humor argentino estaría cumpliendo 92 años.
En el marco del natalicio de Jorge Luis Borges - 126 años - ...a la madrugada, 5 a.m. de la mañana de un gélido día 24 de agosto de 1899, nacía en Buenos Aires, en la casa de los abuelos maternos, Tucumán 840, entre Suipacha y Esmeralda, ciudad de Buenos Aires.
Las cartas de Charles Bukowski revelan al escritor detrás del mito: un hombre atravesado por el alcohol, la marginalidad y la obstinación de escribir hasta el final. Entre confesiones íntimas y furiosos alegatos contra el trabajo alienante y la ética de no perder el alma.
Esta Biblioteca, memoria de los siglos y de la humanidad, se fundó a comienzos del siglo III a..C. , cuando Tolomeo I , Sóter ( Salvador) , gobernó Egipto después de Alejandro Magno, le encargó a Demetrio Falero - discípulo de Aristóteles an Alejandría - la creación de una academia de investigaciones científicas y una gran Biblioteca que reuniese los libros, pergaminos y documentos del mundo de aquel entonces.
El grupo hará un show especial para este jueves 14 de agosto en Makena, en su vuelta a la formación completa tras la última presentación de 2024.
El DJ y productor chileno, impulsa Diar Muzik, un espacio dedicado a la curaduría artística y a la fusión de la electrónica con otros géneros como el jazz.
En el municipio de San Isidro, se presentó una denuncia por el presunto uso de móviles de la Policía Municipal y personal uniformado en operativos contra integrantes del espacio político “Acción Vecinal San Isidro es Distinto”, encabezado por Gustavo Posse.
La asociación festeja sus 20 años con una cena benéfica en Vicente López y la participación de Abel Pintos.
Se trata de un puente peatonal, 45 cuadras de asfalto, un corredor, plazoleta con juegos y luminarias, según informaron a la prensa desde la comuna de Moreno.
La intendenta combina campaña junto a candidatos libertarios con una estética y un mensaje centrados en su gestión municipal.
Eduardo Varela, primer candidato a concejal de La Libertad Avanza en Merlo, cuestionó con dureza la gestión de Gustavo Menéndez a pocos días de las elecciones y aseguró que con la alianza con el PRO hay más chances de ponerle fin a más de cuatro décadas de gobiernos peronistas en el distrito.