
El gobierno bonaerense dio a conocer los primeros resultados de las elecciones legislativas en la Provincia, donde el peronismo se impone por amplio margen.
La expresidenta respondió con dureza a los dichos del futuro embajador de EE.UU. en el país. Acusó a Washington y al FMI de estar detrás de la campaña de Milei y comparó el momento con el histórico Braden o Perón.
Política 23/07/2025Peter Lamelas habló como si fuera el virrey de una colonia. Pero lo escuchó Cristina Fernández de Kirchner, y esta vez, la jefa no dejó pasar ni medio centímetro. El futuro embajador de Donald Trump en la Argentina no solo prometió vigilar a los gobernadores para evitar acuerdos con China y respaldar la reelección de Javier Milei, sino que directamente se metió con el Poder Judicial y con la exmandataria: dijo que su objetivo es que Cristina “reciba la justicia que bien merece”.
La respuesta no tardó. En una publicación que ya circula como línea política, CFK fue al hueso: “Ni Monroe se animó a tanto”, lanzó, evocando la vieja doctrina imperial. Y disparó una frase que va camino a pegar fuerte en esta campaña: “Hace 80 años era Braden o Perón. Ahora es Lamelas o Argentina.”
La comparación no es antojadiza. Cristina viene sosteniendo desde hace meses que el gobierno de Javier Milei es una pantalla, y que los verdaderos que mandan son otros: el Fondo Monetario, Wall Street, y ahora, explícitamente, Washington. Por eso, cuando escuchó a Lamelas decir en el Senado norteamericano que trabajará para evitar la “influencia maligna” de China en la región y que garantizará el respaldo a Milei, entendió que ya no se trataba de una simple afinidad ideológica: era injerencia en estado puro.
“La campaña no la hacen los hermanos Milei. La hacen Washington y el Fondo Monetario”, afirmó la ex presidenta. No fue solo una defensa personal: fue una advertencia política. Porque si un embajador promete disciplinar gobernadores y hacer lobby judicial antes de pisar suelo argentino, lo que está en juego no es un gobierno: es la soberanía institucional.
Y CFK, que no necesita bancas ni micrófono para incidir, eligió el momento perfecto: cuando los gobernadores están de pie, cuando el Senado le dio una paliza legislativa a la Casa Rosada, cuando Milei empieza a enfrentar el costo de creerse invencible. Lo de Cristina no es nostalgia de liderazgo: es cálculo quirúrgico.
Desde La Pampa, Ziliotto dijo que no aceptarían “intromisiones externas que busquen disciplinarnos”. Desde Tierra del Fuego, Melella le pidió a Lamelas que “deje de ser socio de los usurpadores británicos”. Kicillof fue más directo: “Lamelas go home”. Y ahora, con la frase “Lamelas o Argentina”, Cristina los ordena a todos en una consigna simple, potente y con raíz histórica.
¿Quién hizo campaña alguna vez con un embajador gringo como jefe de estrategia? Milei lo está haciendo. Y lo que hasta hace un mes era un alineamiento difuso, ahora es blanqueado por el propio enviado diplomático de Trump: no se trata de vínculos entre países, se trata de una subordinación de Estado.
La jefa también levantó el dedo sobre temas que el embajador no mencionó, pero que huelen a hipocresía: “Trump asumió con 24 cargos criminales y aún no reveló la lista de Epstein”, tiró. “Primero limpien su casa antes de opinar sobre la nuestra”, remató con furia fría.
Y de paso, dejó una pregunta que enciende el avispero local: “¿Va a vigilar también al empresario argentino que controla el monopolio de telecomunicaciones, asociado a empresas chinas y que fue a festejar el 4 de julio a la embajada de EE.UU.?” Ese es el estilo de CFK: cuando lanza una bomba, deja metralla suelta.
El intento de Lamelas de entrar como sheriff al Cono Sur terminó, por ahora, unificando a los gobernadores, dejando a Milei aún más solo, y reactivando políticamente a Cristina. Si el juego era provocar para disciplinar, la jugada salió al revés. Lo que se viene es campaña en serio. Y ya no es entre libertarios y peronistas. Es, como hace 80 años, entre subordinación y soberanía. Entre Lamelas… o Argentina.
El gobierno bonaerense dio a conocer los primeros resultados de las elecciones legislativas en la Provincia, donde el peronismo se impone por amplio margen.
El Sindicato de empleados y obreros de comercio y afines (SEOCA), fue el escenario donde Fuerza Patria de Marcos Paz, llevó a cabo el cierre de campaña.
Con la economía en recesión, las transferencias recortadas y el oficialismo golpeado por el caso ANDIS, los gobernadores aprovechan la fragilidad de Javier Milei para reposicionarse.
La diputada exmileista respondió a la acusación del jefe de Gabinete por “conspirar contra el Gobierno” y lo denunció penalmente por no formalizar una causa ante la Justicia. La rosca libertaria suma otro capítulo de fuego cruzado con sabor a autodestrucción.
Tras el revés en el Senado, el Gobierno debate si judicializar la Ley de Discapacidad o simplemente dejarla dormir en un cajón. Con el Presidente ausente del país, el oficialismo se enreda en sus propias torpezas y enfrenta un costo político que no sabe cómo administrar.
En Tigre, Julio Zamora cerró la campaña de Somos Buenos Aires con críticas a Kicillof y respaldo de referentes nacionales.
Eva Andreotti se impuso con el 61% en San Fernando, muy por encima de La Libertad Avanza (27%) y SOMOS (3%).
Fuerza Patria se impuso en Tigre por muy poca diferencia con el 35,34%, relegando a La Libertad Avanza (35,06%) hasta el cierre de esta edicion con el 84,99% escrutado, dejando golpeado al oficialismo de Julio Zamora.
Zabaleta duplicó a Zamora, sumó dos concejales y reconfiguró el mapa político de Hurlingham, recortando la ventaja del intendente Selci y ganando peso propio en el distrito.
Las elecciones legislativas en el conurbano bonaerense dejaron dos postales contundentes del peso del oficialismo en sus distritos.
Con el 48% de los votos, Ramón Lanús se impuso en San Isidro, seguido por Fuerza Patria (23%) y Accion Vecinal el partido de Gustavo Posse con el (15%), en una elección que reconfigura el mapa político local.