Kicillof a Milei: “Sos el camino a la exclusión”

Desde un centro de salud en Miramar, Axel Kicillof volvió a embestir contra el modelo de ajuste de Javier Milei y lo acusó de haber elegido el “camino de la exclusión”. Sin medias tintas, el gobernador asumió lo que ya es evidente: en Argentina, la oposición real se construye desde la provincia de Buenos Aires.

Política 31/07/2025
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Axel Kicillof no está improvisando. Mientras Javier Milei juega a ser influencer desde la Rosada, el gobernador bonaerense construye, camina y disputa. Esta vez, desde Miramar y con un centro de salud como telón de fondo, lo dijo sin rodeos: el presidente paraliza obras y privatiza derechos.

 

No es la primera vez que el bonaerense cruza fuerte al libertario, pero esta vez la declaración tuvo otro tono. Ya no habla solo como un gobernador defendiendo su distrito: habla como el principal opositor político a nivel nacional. Sin delegar el conflicto, sin buscar eufemismos.

 

“Lo que está en juego es quién se hace cargo de la salud del pueblo”, lanzó frente a intendentes, ministros y una Fernanda Raverta que también juega su partido electoral en la Quinta. Pero el destinatario era uno solo: Milei. Y el mensaje era claro: si vos te borrás, yo me planto.

 

En un país donde la oposición parece más preocupada por medir encuestas que por marcar agenda, Kicillof se para con botas, recorridas y palabras concretas. Elige el barro de las obras antes que el show de los foros empresariales. Y eso, en un escenario de despojo, empieza a incomodar.

 

Mientras el presidente recorta partidas, elimina subsidios y pisa los frenos de la obra pública, el conurbano y la provincia se bancan la demanda social sin red. El sistema sanitario estalla, las escuelas aguantan con lo justo y los municipios hacen malabares con presupuestos cada vez más asfixiados.

 

Y ahí está Axel. No para prometer el paraíso, sino para defender lo básico: salud, educación, laburo. No utopía: proyecto en marcha.  “No es una decisión técnica. Es ideológica”, repitió. Y sí, claro que lo es. Porque detrás del Excel mileísta hay una definición política brutal: el que no pueda pagar, que no acceda. El que no llega, se queda afuera. 

 

Y si eso no es exclusión, ¿qué es?

 

En tiempos de motosierra y relato libertario, la oposición no se construye con declaraciones abstractas ni con intelectuales en Zoom. Se construye con hechos, con cemento, con manos, con gestión.

 

Kicillof no le disputa la estética a Milei. Le disputa algo mucho más valioso: el contenido del poder. Y lo hace donde más duele: en el territorio. No necesita pararse en un congreso a gritar libertad.

Se para en un centro de salud, muestra una obra y dice: “Acá hay Estado, aunque vos lo quieras borrar.”  

 

La política argentina tiene muchas voces, pero pocas acciones. Y mientras algunos esperan que caiga Milei por su propio peso, Axel Kicillof ya eligió: no espera, no calla, no se borra. La pregunta ya no es si quiere ser presidente. La pregunta es: ¿quién, si no él, está actuando como tal?

 

 

 

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