
Más de 17 millones de personas consumen agua con niveles de arsénico por encima de lo recomendado. El Consejo Profesional de Química bonaerense declaró el estado de alerta y exige acciones urgentes para garantizar el acceso al agua segura.
Netanyahu visitará el país para sellar con Javier Milei una alianza que no es simbólica: involucra inteligencia, migraciones y acceso a recursos estratégicos como agua y tierras del sur. Detrás de los gestos mesiánicos, hay negocios concretos y una potencia que actúa como imperio.
Actualidad31/07/2025Geopolítica real y recursos argentinos
En septiembre, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, pisaría suelo argentino por segunda vez en su carrera.
No lo hace como turista, ni como víctima del repudio internacional por Gaza: viene invitado por Javier Milei, su nuevo aliado sudamericano. La excusa diplomática es devolver la gentileza de la visita del Presidente argentino a Jerusalén, donde Milei prometió trasladar la embajada argentina a esa ciudad a partir de 2026. Pero lo que se juega es mucho más que protocolo.
La alianza entre La Libertad Avanza e Israel se ha transformado en una zona caliente de la política exterior argentina. No es religión ni afinidad ideológica lo que mueve esta aproximación frenética: es la necesidad geopolítica de una potencia en jaque —Israel— que busca espacios de influencia, recursos naturales y aliados sumisos en un mundo que ya no le ofrece respaldo incondicional.
Desde el punto de vista israelí, Argentina es una pieza con valor estratégico: tiene agua, tierras despobladas, minerales raros y un gobierno dispuesto a entregar soberanía a cambio de legitimidad en la escena global. Desde el punto de vista argentino, lo que Milei construye no es política exterior: es vasallaje disfrazado de fe. Mientras tanto, Netanyahu se mueve con la lógica fría del poder: viene a cerrar negocios, ganar territorio simbólico y anclar intereses materiales.
Lo simbólico es real: mapas, mochileros y embajadas
Durante su visita a Israel, Milei fue fotografiado junto a Netanyahu observando un mapa ampliado de la Patagonia.
Nadie explicó por qué ese papel estaba sobre la mesa en una reunión bilateral. Nadie desmintió su contenido. Nadie aclaró si era parte de una agenda diplomática o un guiño para quienes aún recuerdan el fantasma del Plan Andinia: esa vieja teoría sobre la intención de construir un enclave sionista en el sur argentino.
Más allá de teorías, la realidad es inquietante. En la Patagonia, miles de exsoldados israelíes circulan como mochileros, algunos con estancias largas, vínculos con ONG’s o tareas de relevamiento. Empresas como Mekorot, estatal israelí de manejo hídrico, ya operan sobre sistemas de agua en el sur. Magnates como Joe Lewis controlan territorios enteros —como Lago Escondido— y el Estado argentino, lejos de recuperar soberanía, entrega aún más.
El memorándum firmado por Milei y Netanyahu no es sólo un papel: habilita cooperación militar, migratoria y de inteligencia. Y permite la activación de convenios de Seguridad Social que otorgan beneficios especiales a ciudadanos israelíes residentes en el país.
¿El dato adicional? Netanyahu está siendo investigado por crímenes de guerra en Gaza. Y Milei le tiende la alfombra roja en pleno ocaso moral del Estado de Israel.
El lobby, los premios y la dádiva encubierta
En ese mismo viaje, Javier Milei recibió el Premio Génesis, dotado de un millón de dólares, que dijo “donar” a entidades privadas latinoamericanas. Lo hizo en condición de Presidente en ejercicio. Según la Ley de Ética Pública (25.188), los premios otorgados a funcionarios deben registrarse como patrimonio del Estado. Pero Milei decidió disponer de ese dinero como si fuera suyo. La ilegalidad no es una anécdota: es parte del método.
Israel no actúa solo. Tiene una red global de presión —el llamado lobby israelí, como bien analizó John Mearsheimer— que opera sobre gobiernos, medios, universidades y redes sociales.
Su capacidad de censura, boicot y presión sobre voces críticas es conocida y creciente. Desde el 7 de octubre de 2023, esa red se intensificó: castiga con violencia verbal, escraches y silenciamiento a quienes cuestionan el accionar israelí en Gaza. Argentina no es la excepción.
En paralelo, Milei habilita el ingreso de fuerzas de seguridad israelíes al país, entrega información, compra armamento, y permite que organismos de inteligencia extranjeros trabajen sobre nuestro territorio. ¿A cambio de qué? ¿De un voto en Naciones Unidas? ¿De un mapa en la mesa? ¿De una palmada de Netanyahu?
El oro líquido: Israel y la guerra por el agua
En un mundo donde el cambio climático acelera la escasez de agua potable, el recurso hídrico se convierte en objetivo estratégico. Israel, a pesar de su tecnología de desalinización, enfrenta un dilema estructural: su crecimiento poblacional y agrícola requiere acceso a fuentes externas de agua. Y la Patagonia argentina, con sus glaciares, ríos y acuíferos, es vista como una reserva global codiciada.
Mekorot, la empresa estatal israelí de agua, tiene antecedentes en Palestina por implementar un régimen de apartheid hídrico: suministra agua a los asentamientos judíos en Cisjordania mientras restringe el acceso a las comunidades palestinas. El mismo modelo de gestión extractivista y excluyente ya fue denunciado por organismos de derechos humanos y por Naciones Unidas.
En la Argentina, Mekorot ha explorado convenios con provincias y municipios para manejar sistemas de agua. Aunque presentados como acuerdos de cooperación técnica, implican transferencia de soberanía operativa.
En el sur del país, el control sobre cuencas como la del río Chubut o la del Limay podría quedar en manos de operadores extranjeros si no hay una política firme de defensa del recurso.
A esto se suma el control privado de miles de hectáreas por empresarios extranjeros, incluyendo la cuenca del Lago Escondido, que abastece a pueblos enteros. La escasa población, la baja presencia del Estado y la falta de legislación específica hacen de la Patagonia un blanco fácil para las estrategias de acaparamiento.
En este contexto, la presencia israelí no es inocente ni turística: forma parte de un plan de proyección imperial para asegurar recursos vitales ante un futuro incierto.
Un imperio sin tropas, pero con premios, mapas y mochilas
La política exterior no es cuestión de fe, sino de intereses. Israel, acorralado por las denuncias internacionales y en plena crisis de legitimidad por Gaza, busca anclar su influencia en espacios donde el rechazo aún no se ha vuelto masivo.
Argentina, con Milei, se vuelve un eslabón ideal: tiene recursos, un gobierno ideológicamente entregado y una estructura institucional lo suficientemente frágil como para no resistir.
La visita de Netanyahu no es un acontecimiento diplomático. Es una jugada imperial en territorio abierto. Los aplausos del Congreso, la embajada en Jerusalén, los mochileros armados y los mapas en la mesa no son folklore: son operaciones.
Queda saber si el pueblo argentino, en sus múltiples voces y territorios, logrará abrir los ojos a tiempo. Porque no hay soberanía posible sin control del agua, de la tierra y de las decisiones. Y ningún mesías extranjero vendrá a devolver lo que el entreguismo regaló.
Más de 17 millones de personas consumen agua con niveles de arsénico por encima de lo recomendado. El Consejo Profesional de Química bonaerense declaró el estado de alerta y exige acciones urgentes para garantizar el acceso al agua segura.
La mayor fabricante de papel del país paralizó sus dos principales plantas y acumula deudas por 130 millones de dólares. Caída de ventas, costos en alza y un modelo económico que asfixia a la industria de base.
La hija de Tomás Yankelevich tenía 7 años y falleció junto a otra niña argentina. El dolor vuelve a golpear a la familia a pocos meses del aniversario número 15 de la muerte de Romina Yan.
La Justicia frenó por seis meses el desguace del INTI, una institución clave para la industria nacional. La motosierra libertaria se topó con un organismo que no sólo no es un gasto, sino que garantiza competitividad, calidad y desarrollo tecnológico para las pymes de todo el país.
Mientras el gobierno festeja la baja de la inflación, la mayoría de los argentinos no llega a fin de mes, el consumo se desploma y los empresarios dudan del rumbo. Milei sostiene un núcleo joven fiel, pero el malestar avanza como sombra inevitable.
La demanda colectiva en Nueva York por el colapso del token $LIBRA ya señala al presidente Javier Milei como actor clave de una maniobra engañosa. La causa avanza y, si hay acusación formal, el escenario se vuelve delicado: hasta 45 años de prisión en EE.UU. y un frente interno que podría terminar en destitución.
La Fundación Juguemos y caminemos juntos suma un nuevo hogar a la niñez judicializada. En San Isidro se abrirá una nueva puerta.
La ordenanza para construir el establecimiento le aportaba a la localidad la creación de 500 puestos de trabajo.
De la mano de la ultracamporista Florencia Lampreabe, Eugenio Zaffaroni y Guillermo Moreno avanzan en un nuevo modelo de gestión para los criminales con antecedentes penales, incluidos delitos sexuales, que podrán sumarse a tareas municipales y programas de control de precios.
Aseguran que en vez de carpeta asfáltica hay una simulación de obra con escombros. Presentaron una nota a la intendencia.
Se trata de Nahuel González, trabajador ferroviario de la Línea Mitre. El joven encabeza un lista integrada estudiantes, docentes y representantes de distintos sectores laborales del distrito.