Exigen a Caputo que explique el swap con EEUU

En el arranque del debate del Presupuesto 2026, Unión por la Patria y Encuentro Federal pidieron que el ministro de Economía explique el acuerdo de US$20.000 millones con el Tesoro norteamericano.

Actualidad24/09/2025
NOTA

Congreso y economía en tensión

 

Luis “Toto” Caputo está en el ojo de la tormenta y, como siempre, prefiere esquivar. 

 

Mientras el Congreso empieza a discutir el Presupuesto 2026, la oposición se plantó y pidió que el ministro de Economía se siente en la Comisión de Hacienda a explicar el swap por 20 mil millones de dólares que se negocia con Estados Unidos. 

 

No alcanza con secretarios ni con técnicos: la operación condiciona el futuro económico y político del país, y la oposición no quiere que quede resuelta por un DNU blindado desde Balcarce 50.

 

El pedido lo encabezan Germán Martínez, de Unión por la Patria, y Nicolás Massot, de Encuentro Federal, dos voces que no suelen coincidir pero que en este punto confluyen. 

 

El planteo es simple: si el Gobierno está negociando un salvataje financiero de semejante magnitud, el Congreso tiene que debatirlo antes de que se firme. La referencia a la ley de endeudamiento es clara: los acuerdos con el FMI deben pasar por el Parlamento, ¿por qué un swap con el Tesoro estadounidense quedaría afuera?

 

El oficialismo, fiel a su estilo, intenta ganar tiempo. José Luis Espert, presidente de la Comisión de Presupuesto, anunció que convocará al secretario de Hacienda, Carlos Guberman, y que la Oficina de Presupuesto prepara un informe. Una especie de menú alternativo para no citar al verdadero protagonista. 

 

Pero en la oposición ya advierten que no se van a conformar con figurantes: quieren al ministro, con nombre y apellido, defendiendo el plan que firmó.

 

El trasfondo es más que técnico. El swap no es una simple operación contable: es un acuerdo entre bancos centrales que, en la práctica, significa financiamiento fresco para contener la corrida cambiaria y sostener el esquema de Milei hasta las elecciones. 

 

Que el Tesoro norteamericano esté dispuesto a comprar bonos argentinos y abrir una línea de crédito stand by lo convierte en un paquete de rescate político disfrazado de ingeniería financiera. Y eso, dicen en la oposición, merece luz pública.

 

Martínez fue directo: “Caputo se tiene que dejar de esconder y venir al Congreso”. El tono apunta al recuerdo de lo ocurrido el año pasado, cuando se armó un cronograma de sesiones que después el oficialismo desactivó. 

 

Esta vez, la advertencia es que no van a dejar pasar el tiempo. Massot, por su parte, puso el acento en lo económico: el swap puede usarse para “procrastinar” la salida de un régimen cambiario atrasado o puede ser un punto de inflexión para sincerar el tipo de cambio. Y esa definición, sostuvo, no puede tomarse a espaldas del Congreso.

 

El oficialismo responde con la lógica del manual libertario: el swap es una operación entre bancos centrales, no endeudamiento público clásico, por lo que no requiere aval legislativo. Por eso blindaron el decreto con la mayoría en Diputados. 

 

El problema es que la letra chica es política, no contable. Lo que se negocia con Washington no son solo dólares: es respaldo geopolítico a cambio de reformas y condiciones que, en última instancia, deberá avalar el Congreso.

En el tablero político, el pedido de citar a Caputo es más que un trámite administrativo: es una forma de marcarle la cancha a un Gobierno que cree que puede gobernar por decreto y con tuitazos de funcionarios norteamericanos. 

 

La oposición olió la debilidad y va por la foto: el ministro sentado en el Congreso, explicando cómo y a qué precio se endeuda la Argentina. Porque, al final del día, el swap no es solo contabilidad: es el futuro económico atado a la voluntad de otro país. Y la política argentina, incluso la más cínica, todavía sabe que esos números no se firman en secreto.

 

 

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