Cayó fuerte la producción de las PYMES industriales

Un informe del Observatorio de Industriales Pymes Argentinos (IPA) registró un amesetamiento de la actividad y un acelerado proceso de toma de deuda de las firmas para gastos corrientes.

Actualidad12/09/2024
NOTA 1 POLÍTICA

A pesar del rebote de 6,9% de la actividad industrial en julio tras meses de caída, las pymes industriales se encuentran en estado de alerta al advertir una desaceleración de la producción en agosto y septiembre, un amesetamiento en el próximo trimestre y un mayor endeudamiento de las firmas.

El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, alertó que durante el mes pasado y el corriente, "la producción fabril volvió a mostrar signos de caída, ante un nuevo declive en las ventas en el rubro consumo masivo, principalmente, lo que provocó más incertidumbre".

En efecto, el último informe del Observatorio IPA registró un piso de actividad en junio y un repunte en julio, pero con el peligro de la instalación de una meseta en la curva para el segundo semestre de 2024. “El mercado está planchado. Durante la primera semana de agosto comenzó a caer nuevamente la demanda y eso lo estamos registrando en los pedidos y la falta de producción en las fábricas. No estamos viendo un repunte sostenido en el consumo masivo, por lo que podríamos estar frente a un pronunciado amesetamiento de la actividad”, aseguró Rosato.

El referente fabril dio por destacada una reactivación de magnitud al plantear que “la nueva caída se debe a los últimos aumentos de energía, con un mercado que da señales negativas, sin reactivación, y que muestra un nuevo descenso, aunque sea leve". "Durante julio hubo una expectativa positiva, por efecto en el consumo del aguinaldo de medio año, pero ya en agosto y en lo que va de septiembre, las ventas volvieron a mostrar retracción”, sumó.

Por otra parte, el representante de las pymes industriales reparó en que “la suba de los precios de energía, tanto en gas, como en electricidad, golpeó al poder adquisitivo de los trabajadores, lo que provocó un aumento en la inflación que debieron afrontar los hogares”. Y agregó: “Por otro lado, las empresas vieron aumentados sus costos, lo que se tradujo en aumentos en los precios, en el menor de los casos, y pérdida de rentabilidad”.

El estudio que realizó la entidad, que lleva la firma de Pablo Bercovich y Martín Kalos, subrayó que “en junio, la construcción comenzó a rebotar; mientras que industria, comercio, intermediación financiera y varios otros sectores desaceleraron su depresión". "Es probable que en julio comience, ahora sí, un amesetamiento generalizado; con algunos rebotes que se sumen a los tres sectores en verde (agro, Oil&Gas, minería) para que el EMAE en promedio marque una suba”, acota el texto.

Otro de los factores que afecta el desempeño de las pymes industriales es el endeudamiento, que mostró un sostenido crecimiento a lo largo de los últimos meses tanto a nivel bancario como de financiamiento proveniente del mercado de capitales.

En efecto, un sondeo de IPA sobre más de 300 empresas exhibió que 4 de cada 10 reconoció estar endeudada, lo que ensombrece el panorama dado que el 43,3% cree que en seis meses su situación será peor que la actual y el 30,8% prevé despedir empleados en ese mismo lapso de tiempo.

“En un contexto recesivo, que las PyMEs prevén que continúe, es poco probable que el endeudamiento sea con fines productivos. Se trata ante todo de tácticas de supervivencia y del aprovechamiento de los instrumentos financieros disponibles ante los cambios en la estrategia de comercialización por parte de los bancos”, enfatiza el análisis de Bercovich y Kalos.

De esta manera, buena parte de las compañías contraerían deuda para el pago de sus gastos corrientes, ante la caída de los ingresos por la recesión, más que para expandir su capital. "Principalmente para sostener el empleo, es decir, para el pago de salarios. Pasada la primera etapa de despido de personal 'prescindible', en muchos casos el actual personal es el mínimo necesario para el funcionamiento de la empresa. Si se tuviera que despedir más gente, prácticamente equivaldría a cerrar la empresa también", sostiene el reporte.

En cuanto a la elección de instrumentos de endeudamiento, los más utilizados son adelantos en cuenta corriente en pesos, documentos descontados en moneda nacional y documentos a sola firma en dólares. “Estos fueron seleccionados porque son el tipo de instrumento para endeudamiento para gastos corrientes de las empresas (en pesos los primeros y en dólares los segundos). Por lo que los primeros pueden responder al pago de salarios y, el último, a proveedores (importadores)”, concluyeron los expertos.

 

El uso de capacidad instalada se mantiene debajo del 60%

La industria manufacturera utilizó el 59,7% de la capacidad instalada en julio, unos 5,2 puntos porcentuales (p.p.) arriba del mes previo, según informó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Sin embargo, cayó 5,3 p.p. frente al mismo mes del año previo, cuando el uso fue del 65%.

Las principales incidencias negativas se observan en las sustancias y productos químicos, la industria metalmecánica excepto automotores y papel y cartón.

El uso de la capacidad instalada de la industria tocó su máximo nivel en lo que va del Gobierno de Javier Milei, aunque continúa por debajo del 60% y del promedio de 2023, que se ubicó en 65,6%.

La industria cayó 5,4% en julio de forma interanual y sumó 12 meses consecutivos con bajas, pero desaceleró con fuerza la baja frente a la medición previa, cuando se hundió 20,2% en junio, según informó este lunes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). A su vez, el índice de producción industrial rebotó casi 7% frente a junio y cortó una racha bajista de dos meses consecutivos.

De esta forma, en los primeros siete meses del año acumuló una caída del 14,6% respecto a igual período de 2023.

Los bloques sectoriales que presentan niveles de utilización de la capacidad instalada superiores al nivel general son refinación del petróleo (83,1%), sustancias y productos químicos (65,7%), productos alimenticios y bebidas (65,4%), industrias metálicas básicas (61,5%) y papel y cartón (60,3%).

 

Por otro lado, los que se ubican debajo del nivel general son productos minerales no metálicos (52,3%), industria automotriz (52,2%), metalmecánica excepto automotores (51,1%), productos textiles (49%), edición e impresión (48,8%), productos del tabaco (47,9%), y productos de caucho y plástico (44%).

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